MANEJA ESTE TIMÓN DE LETRAS...

Bienvenido a esta Bitácora, Navegante...

Este es el Diario de a Bordo de Mar Solana (Mar Cano Montil), psicóloga, escritora y cuentista... Aquí encontrarás mi «Cuaderno de Impresiones, Cuentos, Relatos, Poemas, Reflexiones y otras Historias», una especie de lenitivo para mitigar las heridas que nos inflige este mundo punzante y rasposo... Escribí mi primer cuento con once años, lo inventé en un pequeño aseo donde me gustaba jugar. Con quince decidí que quería aprender el arte de «Domar Caballos Salvajes» (léase Emociones que necesitan volver a coger sus riendas). Por eso llevo un cuarto de siglo, con sus amaneceres y sus lunas, ejerciendo la Psicología... Mis raíces son "abu-leñas" y nací en la capital, pero a mi alma le dio por asentarse a orillas del Guadarrama... Hace algo más de una década regresé a mi pequeño Taller de Letras. Y ahora soy «Psicolotora» especializada en Literalogía o «Escritóloga» en Psicoratura. Me chifla inventar palabras, tender historias de Letras en las cuerdas del olvido y airear mis impresiones al barlovento del papel... Curiosa insaciable del aspecto más espiritual de la existencia, soy como el Caracol, peregrina de un camino infinito de crecimiento y aprendizaje...

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Bucear Mar Adentro 🐚 🐠 🐋 🐬 🐳 🐠 🐚

ELIGE CÓMO LEERME...

LA MAGIA Y EL AMOR DE LAS LETRAS...


CON LA MAGIA DE LAS LETRAS Y EL AMOR DE SUS ENCUENTROS...

«La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios». ©Milán Kundera.


«En esta comarca no existen reyes, aficionados o vasallos de las letras; sólo la magia de los artesanos de la palabra que intentan comunicar». ©Mar Solana.


«La verdadera novela es el arte que nace de la risa de Dios».

©Milán Kundera.

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martes, 2 de diciembre de 2014

Un Mar de Lágrimas...

«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias.»



Hace mucho, mucho tiempo, existió un numeroso grupo de ángeles que no hallaba paz alguna cuando descendía a la Tierra; aquella inagotable extensión desértica parecida al papel de lija..., el planeta de los hombres. Un corazón gigante ahogándose en su propia agonía en ausencia de unos brazos cálidos que lo estrecharan. Faltaba algo que ciñera la monotonía del inmenso erial, que complementara el azul del aire o aliviara la intensidad que poblaba de fuego el horizonte durante el ocaso...

Sí, un gran vacío por el que los querubines se sentían cada día más desolados.

La tristeza llegó a ser tan honda, tan profunda, tan insoportable, que todos los ángeles y criaturas que habitaban el cielo comenzaron a llorar. Vertieron tal cantidad de lágrimas, que por la tierra seca y ajada se veían fluir infinitos caminillos húmedos y salados. Y esas hileras que albergaban el llanto de los seres celestiales fueron creciendo y creciendo… Y formaron los ríos, los pantanos, los lagos, los estanques y las lagunas. Y cuanto más sollozaban, más deprisa se extendían los mantos de gotas divinas… Hasta encontrarse en una interminable y eterna extensión verdiazul…

Con el tiempo, los hombres lo llamaron Océano. Y de su plétora y de la congoja de sus guardianes nació el más fuerte y poderoso de sus hijos: el mar. 

© Mar Solana.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Mi Bob

«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias».


Autor de la imagen: Zhou Fan 


Boca abajo en la cama no quiere saber nada del mundo, ese lugar que ahora se le antoja tan feo. Su espalda sube y baja muy rápido, tiembla igual que una montaña en medio de una fuerte tormenta. Y mientras la almohada se deshace entre desconsolados hipidos, la habitación del pequeño Juanjo luce impregnada del eco machacón que se cuela cuando la torre se desmorona: «¿y ahora… qué hago sin él?»

Así todo el día. No ha querido comer, ni ir al cole ni jugar… ni nada. Su madre, desesperada y a punto del colapso, se debate entre llamar al médico o al trabajo de su marido. Tan solo unas horas antes el universo de Juanjo transcurría feliz y apacible al lado de Bob. Le puso ese nombre por Bob Esponja, el de los dibujos de la tele. Pero ella le llamaba «Bobo». «¿Dónde se ha metido el maldito “Bobo”?», decía cuando llegaba la hora de dormir…

—Se llama Bob, mamá, no Bobo.

—¿Y qué más da, hijo? Bob, Bobo, Bobito… bah, solo son nombres.

La Gente Grande no quiere entender…, no sabe entender. Siempre cambiando las cosas de sitio y los asuntos a su conveniencia. Él sentía a Bob, su Bob, como un duende de la suerte, un hermanito o un amigo, siempre a su lado; entonces el mundo sí era mágico... con Bob.

—¡Vamos, cariño! ¡Ea, ya! Compraremos otro —Juanjo saca un brazo de su cautiverio húmedo. Le asesta un empujón a su madre con una mano que parece una bayeta sin escurrir de tanta lágrima que ha chupado.

—Nooo… ¡No quiero otro! ¡Yo quiero a Bob! Bob me quería a mí… y ahora se ha ido, ya no está…

La última frase la dice entre gritos, con la boca abocinada y clavando sus ojillos mohínos en los de su madre.

—Pero si da igual, tesoro, son todos iguales… bichos.

La última palabra la dice muy bajito, tapando el movimiento de sus labios y mirando para otro lado.

De pronto, el pequeño Juanjo se incorpora, se sorbe las lágrimas más recientes y con la nariz convertida en una fabrica de mocos cariacontecidos, le pregunta a su madre:

—Mami… ¿Si me voy al cielo igual que Bob, tú comprarás otro como yo?

© Mar Solana

Crédito y copyright de la imagen: AQUÍ


martes, 4 de noviembre de 2014

Crónicas de un Hospital en Cuarentena

«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias».




Cuántas veces el Río nos permite «empaparnos» de personas que de pronto, ajenas a su voluntad, se ven arrastrados por la corriente...

 A Teresa, una heroína de las más oscuras trincheras, a Javier, su mitad, y a todas las personas que han estado a pie de cañón en esta batalla inesperada... y sobre todo, a Excalibur, un Héroe Peludo que esperemos pueda marcar un «antes» y un «después»...



Crónicas de un Hospital en Cuarentena

«En los peores momentos, los de mayor soledad… ¿en qué pensaba usted?» 

Que toda mi vida había creído solo en lo tangible, en aquello que mis ojos, aún ayudados por un microscopio, podían ver… En lo que mis manos podían tocar, mis oídos escuchar… Y en lo que mi boca saboreaba o en los aromas que mi nariz conseguía percibir… Y entonces, en el momento más crítico, en la más absoluta incertidumbre de mi soledad, entró por la puerta un tipo muy atractivo. Mirada serena, barba cuidada. Se acercó a mí y con extrema dulzura colocó su dedo índice en mis labios indicándome silencio, después se probó las chanclas que reposaban al pie de mi cama…

—¿Lo ves, doctor? He tocado tu saliva y ahora me paseo con tus chanclas… ¡Nada! ¡No ocurre ni ocurrirá nada! Las cosas están bien, no debes temer, el mal bicho ya agoniza…
Cuando quise hablar con él, preguntar sobre su identidad, todo se volvió borroso y una enfermera me estaba sacando sangre desde su traje «espacial», intentando sonreír a través de su aparatosa escafandra quirúrgica.

—¿Quién era ese hombre?

—¿Qué hombre, doctor? — la respuesta se coló metálica y epatante a través del filtro de respiración… En esos momentos, en la ignorancia del destino que me aguardaba, pensé en Dios; me pregunté si sería como un virus, invisible a los ojos, pero de certera existencia. Sentí vergüenza de mi agnosticismo y lloré…

«En los peores momentos, los de mayor soledad… ¿en qué pensaba usted?»

En ella, en su cruenta batalla, en nuestro perro… En cómo se contenía la vida en este cubículo, en mi micro mundo de desesperación e impotencia y en la otra vida, la de allá fuera… La que seguía sus acelerados pasos sin mi y de la que podía enmarcar un pequeño trozo a través de esta infernal ventana. Y de pronto vi a un tipo muy atractivo, mirada serena, barba cuidada. Me guiñó un ojo al pasar por la puerta abierta de mi habitación… Sin traje especial, paseándose sonriente con unas chanclas gastadas.

—Tranquilo… Voy para el piso de arriba…

«En los peores momentos, los de mayor soledad… ¿en qué pensaba usted?»

En él, en mi madre enferma, en mi perro… En el giro que había dado mi vida, igual que si hubieran propinado un hachazo a la rutina… en la agonía de aquel paciente que no pudo con este mal bicho que nos dejaba exangües, tirados en una trinchera sin nombre, en la más absoluta incertidumbre de una cruel soledad… Y antes de desmayarme, de precipitarme por el negro agujero de aquella extraña tregua, noté cómo una mano sin guante acariciaba mi pelo, cómo una boca sin mascarilla besaba mi rostro, y cómo una mirada serena me sonreía a través de una barba cuidada. Llevaba un perro en sus brazos que me resultó muy familiar… Pese a la neblina que me impedía ver con claridad, me fijé  que caminaba con unas chanclas gastadas mientras me decía adiós con el más dulce de los gestos...

© Mar Solana.

martes, 26 de agosto de 2014

No Me Das Suficiente...


«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias».




Lo veía pasar todas las mañanas. Fresco, como la esperanza de una promesa por cumplir; con ese aroma a premura que lo hacía aún más deseable. Cuanto más ligero y evanescente, más lo amaba. Un inquilino molesto y ruidoso, que poblaba su mente a todas horas y se enmarañaba en su imaginación igual que la hiedra salvaje… Jamás se saciaba de él.

Las tardes, salvo aquellos breves lapsos en los que era consciente de su compañía, parecían vaporosas ensoñaciones que aumentaban su avidez al estilo del tempo de una melodía: adagios y clímax. Y las noches… lo peor del día; apenas podía rozarlo, susurrarle que ansiaba más, que no la abandonara. Pero sus caricias se escapaban con la rapidez de un relámpago. Se parecía al ímprobo intento de llenar de agua un cesto de mimbre o de retener un puñado de arena entre sus dedos…

Se había convertido en una verdadera obsesión: el tiempo, su amante más codiciado, era una hoguera en la que se quemaba, despacio y sin vuelta atrás.  

© Mar Solana

lunes, 23 de septiembre de 2013

Las Últimas Estocadas. Por Mar Solana

"Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias".
Pintura: "Rejoneo" de Juan Carlos Pérez Alcántara.

A Vulcano…  y a todos los animales que continúan siendo víctimas de la estulticia y crueldad humanas.

Paulino se lleva las manos a la cabeza. Acaba de ver, a través del plasma infernal, como descerrajaban un tiro en la nuca a una fila de hombres. Soldados sirios ajusticiados. Responsables… ¿de hacer la guerra? Desnudos, en cuclillas, maniatados; hay que asegurarse de que los reos no pierdan los papeles hasta el último momento. Y con las manos… ya se sabe. Paulino agarra la botella de vino. «Me cago en la leche. Joder». Para pasar el «mal trago» se sirve una copa que apura de una sola vez. Y luego otra. Y otra. Las tachuelas invisibles que sujetaban aquella imagen en su mente van cediendo. Flotan en una nebulosa donde los hombres se desploman en un charco de sangre. Y de pronto todo se vuelve más amable. El mundo es así y punto redondo. ¿Por qué iban a importarle aquellos desgraciados? A trompicones alcanza el catre. Paulino tiene que metabolizar hasta la última gota del denso caldo que se ha sorbido sin miramientos. Mañana debe aparecer fresco como un racimo de uvas. Será el centro de atención cuando aseste los puyazos y las últimas estocadas al toro de lidia elegido para el tormento festivo de su pueblo.

Safe Creative #1309235806371 Mar Solana

miércoles, 17 de abril de 2013

Los cien Caballeros. Por Mar Solana.

"Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias".
"Cautiva" de Vicente Mateo Serra, ©Tico.
 
Navegando por las ciber-aguas, encontré esta sugerente ilustración de mi amigo y compañero, Vicente Mateo Serra, Tico. Me inspiró este microcuento. Espero que disfrutéis tanto como yo al escribirlo. Pincha en la imagen para verla a tamaño natural. Gracias, Tico.

                                               Los cien Caballeros.


Muchos deseaban el puesto de Primer Caballero en el flanco-escolta de su Majestad, el rey de Camirgia. El ayuda de cámara había organizado un reñido torneo. Los vencedores de cada embestida se batirían entre ellos para elegir al centenar reglamentario que acompañaría al rey y a sus tropas, en la XIII Cruzada de las tierras de Absolon. Más de un millar restalló sus lanzas y comprobó la bondad de sus corazas en el galope hacia tan meritorio trofeo. Una semana se alargó la regia selección hasta dar con los cien que defenderían a su Majestad durante el fragor de la batalla. Les ordenaron arrodillarse frente a la comitiva real, con sus petos y pértigas centelleando bajo un tibio sol de otoño. El rey concedía un breve toque en el hombro derecho de cada aguerrido guardián al tiempo que alzaba las viseras de sus yelmos polvorientos. A punto de concluir con tan magna ceremonia, un grito heló el gaznate del soberano al levantar la celada del penúltimo Caballero: algunos rizos de color ámbar se fugaron de su encierro metálico. Unos labios carnosos como uvas granas dejaron escapar una voz de violín que, entrecortada y temblorosa, articuló: 
«¡Dios os salve, padre!».

© Mar Solana.

sábado, 12 de enero de 2013

SEDUCCIONES SOCIALES.COM




—¿No está usted cansada de tanto «e-milio», señora Francisca?

—Bueno, siempre podemos «chat-ear».

—¿Se refiere al alterne o a un trato más familiar? ¿Y si quedamos en el «feisbuk»?

—¿En dónde ha dicho usted, don Eladio?

—En el «feisbuk», mujer.

—¿Y dónde queda eso?

—Muy cerca del «punto-con».

—¿Y qué haremos allí usted y yo?

—Bueno, comprobaremos si nos «gustamos», compartiremos «en-lances», nos veremos en distintas foto-poses… —se tapó la boca y soltó una risilla pícara.—Además intercambiaremos caritas sonrientes, guiños y ojitos tiernos… y luego…

—¿Sí? —la señora Francisca, sugerente y sugestiva, entornó los ojos como un abanico de feria.

—Si nuestros dedos se «en-lanzan»… pasaremos a «tuitearnos».

—¡Ay, qué cosas tiene usted, don Eladio! —su tono se engoló y adquirió tintes de compota de fresa.

—¡Mandan «web-os»! Ups… intentaré eliminar este comentario.

—Perdón… ¿cómo dice usted?

—¿Y si nos saltamos toda esta parafernalia glacial, infecunda, sin fuste y vamos al grano?

—¡Ay, don Eladio, se está poniendo usted, así, de repente, muy…! —No le dejó terminar, la agarró suavemente por el talle, la balanceó hacia atrás y acercándose a sus labios le susurró —:¿En su «bló» o en el mío, doña?


Mar Solana©.

AD AETERNUM...

PENSAR... MAR ADENTRO.

PENSAR... MAR ADENTRO.
«La mente intuitiva es un don sagrado del que la mente racional es su fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra el sirviente y ha olvidado su don» © Albert Einstein. Imagen: Faro de Suances (Cantabria) © Mar Solana.

CUADERNO DE BITÁCORA: "DIARIO DE NAVEGACIÓN" ...


Hace medio siglo ya me gustaba llevar lectura al campo ☺️

Soy la niña que asoma por la esquinita de la ventana, la primera por la izquierda... 😃 GRACIAS, MÓNICA...

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021
¡Gracias, Mónica! Por tu trabajo y generosidad cada año :)

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020
¡Gracias, Mónica! Eres una artista :)

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada
¡Gracias Mónica! 🤗

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...
... EL TIEMPO DESGRANADO Y SIN PRESTEZAS PARA ESCRIBIR, ESCRIBIR, SÓLO ESCRIBIR...

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».
¿Y leer? Me apasiona devorar libros. Es como visitar el hogar espiritual de mis escritores favoritos y paladear un delicioso vino de su mejor cosecha de Letras... Un buen libro es como una liana, te ayuda a desplazarte por la inmensa selva de tu imaginación... Leer también me facilita la tupida tarea de ir desbrozando esa maleza que se enreda entre la escasez de ideas y la falta de inspiración... ¡Nunca dejes de leer!

SABIA MAFALDA...

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

GIRASOL...

GIRASOL...
Mandala pintado por © Mar Solana.
MANDALA DEL SOL...

«Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho.»

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran." Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...
... es la luz que te conduce a sacar de tí lo mejor, a crecer en la mirada de quien verdaderamente te ama. El verdadero amor te quiere libre y como ser expansivo. Nunca admite murallas para el alma que respira... Es descubrir tu segunda piel, la que te eleva a la capacidad de ser decididamente afectivo, humedeciendo con licor de alegría los desiertos emocionales ... CARLOS VILLARRUBIA.

VIVIMOS SIEMPRE JUNTOS...

Llenamos el caldero
de risas y salero,
con trajes de caricias

rellenamos el ropero.

Hicimos el aliño

de sueños y de niños,
pintamos en el cielo
la bandera del cariño.

Las cosas se complican,
si el afecto se limita
a los momentos de pasión...

Subimos la montaña

de riñas y batallas,
vencimos al orgullo
sopesando las palabras.

Pasamos por los puentes

de celos y de historias,
prohibimos a la mente
confundirse con memorias.

Nadamos por las olas
de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.

Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento
que las almas
se confundan en un mismo corazón...
(Letra y música: Nacho Cano)

ESTA SEMANA, TE RECOMIENDO... COGE UNA DE MIS CARACOLAS Y PPPSSSHHH... ESCUCHA...

Blade Runner ¡Forever!