Mar Solana nació
hace más de cinco décadas, un lunes de una fría mañana otoñal, en un Madrid
aún incierto y convulso. Empezó a escribir a los once años, la misma época en
la que descubrió que los Reyes Magos eran los padres de cada uno y que las
ilusiones eran como los castillos de naipes de aquel país mágico de Carroll…
Esta escritora madrileña con raíces abulenses y alma de cántabra lleva
veinte largos años, con sus lunas y amaneceres, ejerciendo su profesión. Su
labor está vinculada con la «doma de caballos salvajes», si entendemos éstos
como emociones y las riendas nuestros «yoes». Y le gusta pensar que es
escritora, no porque sea su profesión o se gane la vida con ello, sino porque
se imagina como un alfarero, artesano de los de antaño, dueña de un inmenso
taller de letras y que en lugar de barro, moldea y pule palabras, ánforas de
sus historias.
De niña le chiflaba jugar al avión. Un día, cogió sus tizas de colores
y saltando por los cuadraditos de su nombre completo, llegó a su tercer
apellido, el primero de su abuela y el segundo de su padre: S-O-L-A-N-A. Y como
siempre le han gustado mucho las palabras que suenan a sol, girasoles y risas, se
la quedó para presentarse en el mundo de las letras… También le encantaba imaginar y escribir
historias que contasen lo que ella vivía jugando en soledad. Títulos como: «Jorge
y su abuela», «Tom y Tomasa en
el país de la limpieza» y «Margarita y el túnel» dieron
nombre a los primeros cuentos que se atrevió a garabatear. «El principito» de
Saint-Exùpery, «El patito feo» de Andersen o «La Cinderela» de
los hermanos Grimm, fueron los libros de cuna que más influyeron en su
imaginación.
Durante su
adolescencia y juventud hizo sus pinitos en poesía y ensayo; todavía conserva
esos folios amarillentos que recogieron su vehemente inspiración pueril y que
sirvieron de alacena a sus creaciones… Debido a los altibajos de esta noria que
es la vida, no había vuelto a escribir hasta hace seis años, coincidiendo con
el ecuador de su existencia y porque cree que es una forma muy hermosa de mirar
hacia el Ocaso... Y lo ha retomado, con el entusiasmo y tesón que dormían en
algún lugar de su memoria de letras, para tender más historias y orear sus
impresiones al barlovento del papel. Y así se animó a abrir este blog
literario, «mar adentro», su bergantín virtual que le ha ayudado a sacudirse la
vergüenza de descubrir la soledad de sus escritos.
En junio de 2009 publicó
su primer libro en coautoría: «Juan Cano Solana: 1915-1936. Un poeta en
tiempos de guerra». Un relato novelado sobre la recuperación
de la memoria histórica de un familiar muy cercano. Ha dedicado mucho tiempo a
profundizar en su escritura y a pulir su estilo (aún continua en la tarea…) con
la ayuda de varios Talleres Literarios intensivos, presenciales y
por internet. Se ha formado en Escritura Creativa, Relato y Novela.
Tiene más de una docena de microrrelatos y cuentos publicados en sendas
antologías por la Editorial Fergutson, Hipálage, la Asociación Cultural
Anceo y mundopalabras.
Le han publicado varios de sus cuentos en Terral, una revista digital sobre literatura, arte y cultura. Colaboró durante seis años con dicha revista en la sección "Ser Escritora". Asimismo es colaboradora habitual de Canal-Literatura desde
la sección: «Palabras desde mi Luna» que publica artículos, relatos cortos y reflexiones.
En noviembre de 2013 editaron uno de sus cuentos infantiles, «El payasete Nicolette», en el proyecto solidario «Ilusionaria III» coordinado por el escritor y guionista Juan de Dios Garduño.
Ilustración de © Nacho de Marcos. |
En abril de 2016 se editó su cuento "Historias de Indios y 'Vanqueros'" para la Antología Solidaria "Mayores sin Reparos", con el objetivo de recaudar fondos benéficos para una Residencia de Mayores en San Antonio de Benagéber (Valencia). Con un delicioso prólogo de Rosa Montero y a través de sus treinta y tres relatos, el libro aborda la ancianidad desde la esperanza y el optimismo.
1 comentario:
He dado con tu blog, como suele sucede casi siempre en la vida, por casualidad inducida, a través de la Revista Terral. Es muy interesante y promete muchas cosas que iré descubriendo poco a poco. Muchas gracias.
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¡POR FAVOR, NAVEGANTE DE "MAR ADENTRO",
NO TE VAYAS SIN DEJAR TU TINTA
EN ESTE HUMILDE TIMÓN,
AL ALBUR DEL BARLOVENTO!