MANEJA ESTE TIMÓN DE LETRAS...

Bienvenido a esta Bitácora, Navegante...

Este es el Diario de a Bordo de Mar Solana (Mar Cano Montil), psicóloga, escritora y cuentista... Aquí encontrarás mi «Cuaderno de Impresiones, Cuentos, Relatos, Poemas, Reflexiones y otras Historias», una especie de lenitivo para mitigar las heridas que nos inflige este mundo punzante y rasposo... Escribí mi primer cuento con once años, lo inventé en un pequeño aseo donde me gustaba jugar. Con quince decidí que quería aprender el arte de «Domar Caballos Salvajes» (léase Emociones que necesitan volver a coger sus riendas). Por eso llevo un cuarto de siglo, con sus amaneceres y sus lunas, ejerciendo la Psicología... Mis raíces son "abu-leñas" y nací en la capital, pero a mi alma le dio por asentarse a orillas del Guadarrama... Hace algo más de una década regresé a mi pequeño Taller de Letras. Y ahora soy «Psicolotora» especializada en Literalogía o «Escritóloga» en Psicoratura. Me chifla inventar palabras, tender historias de Letras en las cuerdas del olvido y airear mis impresiones al barlovento del papel... Curiosa insaciable del aspecto más espiritual de la existencia, soy como el Caracol, peregrina de un camino infinito de crecimiento y aprendizaje...

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Bucear Mar Adentro 🐚 🐠 🐋 🐬 🐳 🐠 🐚

ELIGE CÓMO LEERME...

LA MAGIA Y EL AMOR DE LAS LETRAS...


CON LA MAGIA DE LAS LETRAS Y EL AMOR DE SUS ENCUENTROS...

«La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios». ©Milán Kundera.


«En esta comarca no existen reyes, aficionados o vasallos de las letras; sólo la magia de los artesanos de la palabra que intentan comunicar». ©Mar Solana.


«La verdadera novela es el arte que nace de la risa de Dios».

©Milán Kundera.

miércoles, 29 de agosto de 2012

REEDICIÓN DE UNA CARTA DE AMOR PARA BRINDAR POR LA AMISTAD...


El sábado pasado, mi marido y yo, conocimos a dos personas excepcionales. La vida o nuestros Ángeles de la guarda -o los dos- fueron preparando un determinado kilómetro del camino para que nos encontráramos como cuatro peregrinos que tienen mucho que compartir… Y aunque el día pintaba su abrazo nublado y fresco, ellos lo iluminaron con su Sol particular… 

Hoy reedito esta 'carta de amor' para dedicársela a ellos y para brindar por la vida y por la amistad...


                                                                             "Sarah".                                               

                                                                     Berlín, 18 de abril de 2008.
Amada esposa:

He prescindido del adjetivo posesivo «mi» pues nunca te sentí como una propiedad. Leí en mi pequeño y vetusto diccionario que el «mi» delante de otra palabra no expresa necesariamente posesión, sino cariño. Con todo, tengo mis razones para omitirlo. Primero, porque tú ya vuelas libre hace mucho tiempo. Segundo, porque pronto abordaré mi último viaje para encontrarme contigo…

Desde que decidí unir mi vida a tu recuerdo, encadenar mi alma a tu memoria arrebatada por las garras de aquel infausto demonio, fui consciente de lo que ambas palabras entrañaban para los dos. Fuiste «amada» desde el preciso y precioso instante que mi mirada te descubrió, famélica pero radiante, detrás de aquella mísera maraña de pinchos y espinas de alambre, con mis pies en carne viva y hundidos en el fango del más cruel de los inviernos: el de 1942, en Auschwitz…Y fuiste «esposa» en mis recuerdos; desde aquel día soñé, entre el óxido del miedo y la punzante rutina que disfrazaba la atrocidad, que uniríamos nuestras existencias para siempre. Y así fue, amada esposa Sarah.

Durante aquel invierno nos vimos todas las madrugadas con la incertidumbre que exhalaban nuestros parpadeos. Asistíamos a aquella espantada de presos en el silencio de la noche moribunda, con el tierno anhelo de los amantes y los azotes del viento congelado. El deseo y la fe en nuestro encuentro quedaron firmemente cosidos con las puntadas del tormento, la frialdad de las culatas y el desprecio de miles de miradas.

Una de aquellas auroras, un poco antes de la primavera de 1943, tú ya no estabas. Mis pies quedaron hundidos, clavados en aquel légamo inmundo, y mis sienes comenzaron a palpitar como lomos de un caballo desbocado… Creí que moriría en ese momento. ¡Rogué a Dios morir allí! Cerré los puños y me dejé caer. Arranqué de un solo tirón la estrella de David de mi exiguo pijama. Jamás podré olvidar la mirada lacerante, cual punta de lanza, de ese joven oficial nazi. Lo siguiente que recuerdo es el sabor caliente y metálico de la sangre borboteando hacia mis labios.

Tras la liberación de aquel atroz infierno, dos años después, me propuse recorrer la triste Polonia para encontrar una muestra de tu memoria, algo que pudiera acompañarme siempre. Una señal de que no habías sido un sueño, amada SarahUna prueba de que fuiste tan real como ese sentimiento que anidó en mi alma y se depositó como una semilla de esperanza. Un germen sediento de vivir una nueva oportunidad libre del espanto. Después de tres años de búsquedas infructuosas, encontré a tu primo Jaim. Gracias a él, y a las pocas cosas que pudo recuperar de tu familia, todos deportados y asesinados, conseguí tu fotografía. Tenías dieciocho años y la promesa de un sueño por cumplir. Una larga y brillante cabellera del color de las ramas en abril y unos ojos que contenían tantas ilusiones como una lluvia de estrellas fugaces. Cuando vi tu foto, recordé todas las veces que nuestras miradas se encontraron en medio de aquel horror, y me pareció, ¡ay, amada esposa!,… creo que ya me mirabas desde el pasado de aquella foto. Quizás, cuando te la hicieron, tu mirada ya contuvo ese instante de anhelo que yo disfrutaría tantos años, como con el único momento que tuvimos a solas. Esa imagen y el sabor de aquellos besos robados a la intemperie, se convertirían en un inseparable talismán para mí. Aquella cita que arreglé con un capo a cambio del reloj de oro de mi padre, lo único que conservaba de él. ¡Hubiera dado mi vida, amada esposa, por  volver a saborear tus labios, por esos abrazos que nutrían hasta lo más descarnado de mi ser!   

Cuando por fin tu primo Jaim me entregó aquel cartoncito que te inmortalizaba, compré dos anillos, un bonito talit y busqué un rabino —el de la familia murió en Buchenwald—. Rememorando nuestro venerable Talmud: “aquel que pasa sus días sin una esposa no tiene felicidad, ni bendición, ni bien…", prometí amarte hasta el final de mis días delante de Dios y de unos pocos amigos. Se pronunciaron las siete bendiciones mientras estrechaba tu imagen eterna contra mi pecho, como las arterias se ensamblan al corazón, siempre auspiciado por aquella magnífica jupá repleta de guirnaldas rojas, lilas y blancas. No nos hizo falta el Ketubá, pero rompí mi copa de vino sin dejar de mirar tus ojos infinitos, amada esposa Sarah.

Pintura: "Carta de amor" de José Héctor Alvarenga.
No me queda mucho tiempo aquí, pronto me reuniré de nuevo contigo; por eso he querido dejar un testimonio de los sentimientos que nos unieron para siempre aquella glacial madrugada. La muerte no podrá abatir este inconmensurable amor que aún me hace palpitar. 

Tuyo hasta el fin de los tiempos:

                                                          Fredenand Bernstein.

Mar Solana© 



sábado, 4 de agosto de 2012

BACK TO THE CITY… CUANDO TODO EL MUNDO LA DEJA ATRÁS…

Imagen tomada por la autora©: playa de Luaña -Cóbreces-(Cantabria)

Siempre sentí la irremediable necesidad, desde muy pequeñita, de ir contra corriente, como ese pececillo que acaba en agua dulce sin saber muy bien por qué quedó tan lejos su inmenso hogar turquesa de algas y sal… Nunca tuve afinidad con ‘Vicente’, ese señor que siempre está en el mogollón y que jamás abandona su carril, derechito y seguro; y lo siento de verdad porque intuyo que Vicente es un tipo simpático y dicharachero versus una ‘rara avis’ como yo… Cuando la mayoría de mortales abandona el asfalto para dejarse abrazar por las tórridas alfombras playeras, una servidora vuelve a la ciudad con la ansiedad del toxicómano que se ha quedado sin su dosis. Sí, Navegantes, he regresado con las indelebles huellas del salitre marino en mi ánimo, el auténtico, no el playero de temporada; aunque se parezcan, como los hermanos que nacen del mismo vientre, no son iguales… El verdadero crea una adicción difícil de olvidar, en cualquier estación del año.

Hace unos meses, alguien que lleva el mar en su piel me dijo que el salitre enganchaba, que era como una droga… Cuando te alejas de él, al poco tiempo, te visita una especie de síndrome de abstinencia, tus mucosas pierden humedad, tu piel se aja y tu ánimo hace aguas, como el inexorable naufragio de un barquito que, sin previo aviso, pierde el rumbo. Yo le miré y sonreí; oteé el horizonte marino buscando respuestas para algo que, hace tiempo, ya sospechaba. Esta persona se refería a todas aquellas otras que lo llevamos pegado en nuestra alma desde siempre, aunque vivamos (sobrevivamos) en medio del más tedioso asfalto o cerca de la más empinada montaña. Nuestro primer llanto ya exhaló millones de gotitas salobres que, al evaporarse, se estrellaron contra un aséptico cristal en un intento fallido por escapar. Y un buen día, nos reencontramos con él, y esos puntitos microscópicos de sal que penden de los abrazos del mar, corren, como el deseo de los amantes, a colarse en nuestros pulmones, a invadir nuestra piel y a llevar júbilo a cada uno de los rincones de nuestra alma; es como si una mano invisible nos retirara las flores secas y llenara de nuevo nuestros jarrones con su perfume, color y prestancia. Entonces comprendes la nostalgia y te preguntas cómo has podido estar tanto tiempo sin respirarlo…

El salitre adictivo, esas partículas marinas tan codiciadas,  no está en las hamacas playeras, el bronceador o los refrescos; no se encuentra en los gritos que llaman a ‘Carlos Manuel’ sin descanso o en el adormecimiento reptiliano de tumbarse al sol sin más leit motiv que oscurecer la piel para titilar sobre el pálido fondo estival… El salitre, como un amante culpable, sale de puntillas al atardecer y se encarama en los primeros efluvios de la tímida brisa costera; huye de los bocadillos, las pipas y las francachelas; en general, de todo viso de algarabía humana… A veces hace sus pinitos y, travieso, se enreda en el pelo de algún lector que parece atento, pero desiste de unos ojos que, impacientes, recorren el papel sin parar, ajenos a la eternidad del horizonte… El salitre se pega al insociable, al solitario que visita la playa cuando el fondo del escenario se tiñe de cárdeno y ámbar, se encarama en su alma y le deja una estela de soledad húmeda y salada, un efímero placer que ya no podrá despegarse u olvidar jamás.

Un químico diría que el salitre es nitrato de sodio, ahí es nada; quizás para un marino sean minúsculas lágrimas de agua preñadas de sal que, al evaporarse, la liberan de su cautiverio para enredarse en la brisa e inventar melodías en las galernas; para un poeta, el salitre, son los fluidos del mar, esos que, en la lejanía, recordamos con pesar y necesidad, como la adicción de los amantes a la humedad de sus cuerpos… Y yo, una humilde servidora que pretende describirlo o, sencillamente, hablar de él -nada menos-, solo se que ya no puedo vivir sin él y mi mayor ilusión habita en ese dulce lugar de los recuerdos y deseos que claman por el próximo encuentro con ese bendito y sanador salitre. Sí, aún guardo un pequeño as en mi manga, je, je… dentro de poco podré inhalarlo otra vez. Y me gusta contároslo aquí, mar adentro, en este espacio virtual tan importante para mí como respirar y vivir inmersa en el salitre. Aquí no tengo que dar explicaciones en un mundo que constantemente las pide...

Os dejo con las melódicas caricias de la música de los genuinos Vargas Blues Band, con el cálido sentimiento que crea el saxo en esta pieza: “Back to the city” (Vuelta a la ciudad), ideal para escucharla en una tibia y estrellada noche estival, ¿cómo la de hoy? ;)



Sed felices y respirad hondo, estéis donde estéis…

Mar Solana©.

AD AETERNUM...

PENSAR... MAR ADENTRO.

PENSAR... MAR ADENTRO.
«La mente intuitiva es un don sagrado del que la mente racional es su fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra el sirviente y ha olvidado su don» © Albert Einstein. Imagen: Faro de Suances (Cantabria) © Mar Solana.

CUADERNO DE BITÁCORA: "DIARIO DE NAVEGACIÓN" ...


Hace medio siglo ya me gustaba llevar lectura al campo ☺️

Soy la niña que asoma por la esquinita de la ventana, la primera por la izquierda... 😃 GRACIAS, MÓNICA...

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021
¡Gracias, Mónica! Por tu trabajo y generosidad cada año :)

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020
¡Gracias, Mónica! Eres una artista :)

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada
¡Gracias Mónica! 🤗

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...
... EL TIEMPO DESGRANADO Y SIN PRESTEZAS PARA ESCRIBIR, ESCRIBIR, SÓLO ESCRIBIR...

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».
¿Y leer? Me apasiona devorar libros. Es como visitar el hogar espiritual de mis escritores favoritos y paladear un delicioso vino de su mejor cosecha de Letras... Un buen libro es como una liana, te ayuda a desplazarte por la inmensa selva de tu imaginación... Leer también me facilita la tupida tarea de ir desbrozando esa maleza que se enreda entre la escasez de ideas y la falta de inspiración... ¡Nunca dejes de leer!

SABIA MAFALDA...

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

GIRASOL...

GIRASOL...
Mandala pintado por © Mar Solana.
MANDALA DEL SOL...

«Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho.»

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran." Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...
... es la luz que te conduce a sacar de tí lo mejor, a crecer en la mirada de quien verdaderamente te ama. El verdadero amor te quiere libre y como ser expansivo. Nunca admite murallas para el alma que respira... Es descubrir tu segunda piel, la que te eleva a la capacidad de ser decididamente afectivo, humedeciendo con licor de alegría los desiertos emocionales ... CARLOS VILLARRUBIA.

VIVIMOS SIEMPRE JUNTOS...

Llenamos el caldero
de risas y salero,
con trajes de caricias

rellenamos el ropero.

Hicimos el aliño

de sueños y de niños,
pintamos en el cielo
la bandera del cariño.

Las cosas se complican,
si el afecto se limita
a los momentos de pasión...

Subimos la montaña

de riñas y batallas,
vencimos al orgullo
sopesando las palabras.

Pasamos por los puentes

de celos y de historias,
prohibimos a la mente
confundirse con memorias.

Nadamos por las olas
de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.

Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento
que las almas
se confundan en un mismo corazón...
(Letra y música: Nacho Cano)

ESTA SEMANA, TE RECOMIENDO... COGE UNA DE MIS CARACOLAS Y PPPSSSHHH... ESCUCHA...

Blade Runner ¡Forever!