Mis Queridos Grumetes de Letras:
Soy consciente de que tengo a mi querido «Mar
Adentro» un poco abandonado. Sin embargo, no os he olvidado. Eso jamás de los jamases. Hay etapas de la
vida que nos exigen otras responsabilidades y claro, se impone priorizar porque
el tiempo no alcanza para todo…
Hoy me gustaría compartir con vosotros
algo interesante.
¿Sabéis de dónde viene o cómo nace una perla? Curioso…
Las perlas han sido apreciadas por
bastantes pueblos desde la antigüedad debido a su belleza, rara peculiaridad y a su extraordinario valor.
Básicamente son «esferas» hechas de nácar. Se forman
en la parte blanda del cuerpo de aquellos moluscos que tienen dos valvas o
conchas, como los mejillones, las almejas o las ostras. Las que llamamos
«preciosas» las gestan en su inmensa mayoría las Ostras pertenecientes a la
familia Pteriidae.
La perla se va formando alrededor de «partículas
u organismos extraños», cuando penetran en el interior del cuerpo del molusco.
Doña Ostra reacciona cubriendo lentamente la partícula con una mezcla de
cristales de carbonato de calcio y una proteína llamada conchiolina; así se plasma la sustancia conocida como nácar, que es la que forra las paredes
interiores de las valvas…
«Me
resulta curioso pensar que mientras en la naturaleza muchas situaciones (por
extrañas que resulten) se aprovechan para crear belleza; sin embargo, las personas reaccionamos
con manifestaciones de enfermedad, malestar y alergia cuando alguna sustancia o
partícula extraña invade nuestro organismo…»
Su brillo se
produce por la reflexión de la luz en la superficie cristalina: cuanta más luz recibe la señorita Perla, más resplandeciente luce. Mientras que
su iridiscencia proviene de la refracción y difracción luminosas en las
múltiples capas de nácar translúcido que la forman.
«Es
gratificante saber que la Luz es un elemento imprescindible para crecer,
mostrar, enseñar y producir felicidad en otros…»
Dicen los expertos que la señorita Perla tarda unos diez
años en estar lista y resplandeciente y que su valor se determina, sobre todo, en
función de tres criterios:
1º.- Forma deseable, como las esferas
perfectas o las «lágrimas».
2º.- La rareza del color y de sus
irisaciones.
3º.- Su talla, claro.
Aunque las características estéticas y de
tamaño son fundamentales en la valoración de una perla, el precio final depende
en gran medida de las tendencias de la moda del momento.
«La
eterna consigna de “los tiempos, siempre ellos, mandan”...»
Siguiendo con esta consigna, os dejo por
aquí las coordenadas para que naveguéis, descubráis, podáis seguir y disfrutar
de otras Perlitas de origen, forma y
tamaño muy variado en estos dos «ciber-continentes sociales»:
Gracias a todos por vuestra atención y
por estar ahí. Sois los mejores ;)
© Mar Solana.
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12 comentarios:
Mi querida Mar, he leído con atención e interés tu post sobre la belleza de la perla...Esa perla está en el interior de la señora Ostra...Y depende de la actitud de la ostra y de la luz para formar su color, su tamaño y su forma...Me viene a la mente "la perla del espíritu"Es una perla que depende de nuestra actitud,de la fortaleza y el amor que pongamos en ella. Al mismo tiempo la luz de la vida va dándole brillo y valor, madurando su forma...Es cierto,que la enfermedad y el dolor son aspectos desagradables,que no aceptamos, pero nos sirven para perfilar la humildad, gran maestra que vamos a necesitar para modelar la perla del espíritu...(sonrío)
Como ves esa señorita perla nos inspira muchas cosas...Tú lo has hecho posible,porque siempre nos dás pistas para que sigamos creando y recreando la vida...
Mi gratitud y mi abrazo inmenso por tus buenos y sabios posts,amiga.
Feliz tarde-noche Mar.
M.Jesús
Mª Jesús, ¡qué linda esa comparación que haces sobre las "perlas del espíritu"!, tan valiosas, que se forman con humildad, aprendizaje (mucho) y sabiduría ;)
Una de las cosa que más me gusta de este ciber-mundo es esta posibilidad tan hermosa que tenemos todos de compartir e inspirarnos unos a otros por medio de las mejores maestras del mundo: las palabras :)
Siempre es un lujo tenerte Mar Adentro, amiga, ya lo sabes...
Un enorme abrazo.
Hola, Mar
Tú si que eres una perla :D.
Besotes.
Guapa!! ;D
A mi me encantan las perlas y sabes que hay perlas de río?
al menos esas las venden los amigos coreanos por aqui en mi país...
"perla de lio" me dicen y tengo un collar y pulsera muy hermosas y hay de diferentes tamaños de ellas,
seguro que dependerá de la paciencia de la madre que la va formando en su panza no? o mejor dicho en su conchita ...jajajaj
y son de colores? vaya que loquera eso...me encantan!!
Y perlas de vida y sanidad debemos saber dar y recibir en la vida!!
Hola, Meulen:
No sabía que existían perlas de "lío";) bueno, en realidad eso es lo que me apasiona de esta vida, que todavía hay muchísimas cosas que no se :)
Y ahí reside parte de la magia de este viaje, ¿verdad?
Mil gracias por compartir mis "perlitas", chilena ;)
Un montón de besos.
Y pensar que nos comemos las ostras en crudo, así fresquitas, sobre una bandeja de hielo... sin darles la oportunidad de formar su perlita, porque seguro que tarde o temprano un granito caería, ¿a quién no le ha ocurrido?, la mía, la que yo formase con mi partícula sería negra sin duda...
Interesante neni, ¡un abrazo!
Hola, Beth!
Bueno, a mí no me gustan las ostras ;) Y mira que me han insistido, pero chica, nada; no-puedolll. Además, en Bucarest, antes de que cayera la dictadura de Ceaușescu, nos contaron algo de su hijo relacionado con las ostras un poco 'heavy'... Mejor que formen su perlita. El negro es un color muy bonito. Es oscuridad pero también es profundo y elegante :)
Un besito, Beth.
Bueno Mar, siempre supe que la naturaleza es generosa y casi siempre es ella la que da y la que quita a su antojo porque ante todo tiene sus propias reglas. Aunque no comparto el sufrimiento de la ostra, tan siquiera como premio a su abnegación, sencillez o humildad; máxime cuando el único responsable de su padecer es el mismo de siempre, el Homo sapiens con su codicia y a veces por su trabajo o necesidad de subsistir.
Luego por otro lado, aunque algunas veces no se las merezcan, -es un decir- sirven para lucir los cuellos de algunas señoras y también de algún que otro señor disfrazado, pues una vez puestos en honduras que todo hay que decirlo.
Bueno aunque este es solo un comentario un poco jocosillo, sin la pretensión de ofender a nadie, ¡Dios me libre! sé que no me faltará algo de razón cuando pienso que siempre quedarán para aliviar las penas, tantas y tantas otras perlas que como tú sabrán perdonar esta pequeña intromisión u osadía que no oculta a su vez su franqueza. De todas maneras solo se trata de una manera de manifestarnos con palabras, como muy bien tú has dicho, ¿no es así?
Recibí tu correo y esta vez como habrás podido observar, confieso que he pecado otra vez un poco con el visillo.
Como siempre un buen relato amiga.
Un fuerte abrazo: ¡Que sigáis los dos bien! Gracias por todo, Juan.
Hola, Juan:
Me alegra verte Mar Adentro. Me encanta que te hayas animado a descorrer el "visillo" ;)) y me dejes esta "perla" de comentario. Para las personas que creemos en ellas, Juan, las palabras siempre tienen el maravilloso don de hacernos más libres, no lo dudes :)
Mil gracias a ti por pasearte de nuevo por estas aguas.
Un fuerte abrazo. Ya sabes dónde encontrarme, con "visillo" o sin él; jejeje...
Muy hermosa tu descripción de la belleza de Miss Pearl (el título es de lo más original), Mar. La verdad es que me ha encantado, y especialmente con esas reflexiones que vas intercalando y que constituyen otras tantas “perlitas”. Has buceado y has sacado a la superficie un ensayo de cristalina poesía.
Un fuerte abrazo
Uhm... Me gusta como suena "Miss Pearl", Ricardo :) A ella, que es muy coquetona, también le ha encantado. Ha entornado sus pestañas, como abanicos de arcoíris, y ha sonreído mostrando todos y cada uno de sus blanquísimos dientes :))
Gracias por arribar Mar Adentro, Grumete Rick.
Buen finde ;))
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¡POR FAVOR, NAVEGANTE DE "MAR ADENTRO",
NO TE VAYAS SIN DEJAR TU TINTA
EN ESTE HUMILDE TIMÓN,
AL ALBUR DEL BARLOVENTO!