MANEJA ESTE TIMÓN DE LETRAS...

Bienvenido a esta Bitácora, Navegante...

Este es el Diario de a Bordo de Mar Solana (Mar Cano Montil), psicóloga, escritora y cuentista... Aquí encontrarás mi «Cuaderno de Impresiones, Cuentos, Relatos, Poemas, Reflexiones y otras Historias», una especie de lenitivo para mitigar las heridas que nos inflige este mundo punzante y rasposo... Escribí mi primer cuento con once años, lo inventé en un pequeño aseo donde me gustaba jugar. Con quince decidí que quería aprender el arte de «Domar Caballos Salvajes» (léase Emociones que necesitan volver a coger sus riendas). Por eso llevo un cuarto de siglo, con sus amaneceres y sus lunas, ejerciendo la Psicología... Mis raíces son "abu-leñas" y nací en la capital, pero a mi alma le dio por asentarse a orillas del Guadarrama... Hace algo más de una década regresé a mi pequeño Taller de Letras. Y ahora soy «Psicolotora» especializada en Literalogía o «Escritóloga» en Psicoratura. Me chifla inventar palabras, tender historias de Letras en las cuerdas del olvido y airear mis impresiones al barlovento del papel... Curiosa insaciable del aspecto más espiritual de la existencia, soy como el Caracol, peregrina de un camino infinito de crecimiento y aprendizaje...

Antic©py

Bucear Mar Adentro 🐚 🐠 🐋 🐬 🐳 🐠 🐚

ELIGE CÓMO LEERME...

LA MAGIA Y EL AMOR DE LAS LETRAS...


CON LA MAGIA DE LAS LETRAS Y EL AMOR DE SUS ENCUENTROS...

«La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios». ©Milán Kundera.


«En esta comarca no existen reyes, aficionados o vasallos de las letras; sólo la magia de los artesanos de la palabra que intentan comunicar». ©Mar Solana.


«La verdadera novela es el arte que nace de la risa de Dios».

©Milán Kundera.

domingo, 21 de octubre de 2012

LA LUPA Y LA MÁQUINA DE ESCRIBIR...

Para R.B. o A., él sabe por qué ;)

«Antigüedades, objetos curiosos, -puntos suspensivos-, y algo de magia», rezaba el cartel, un rectángulo alargado de color lila con letras magenta, de un atractivo lugar que encontré hoy en mi Luna. Tengo un jardín aquí, «calle del noveno cráter, número trece»; cuando se acerca la época de recoger mi cosecha de letras, me encaramo en el «cohete exprés» y vengo volando… Llené la cesta para una buena temporada y me preparé para regresar de nuevo a la tierra, solo allí dispongo de la gravedad necesaria para fabricar ricas, aromáticas y nutritivas palabras o al menos, eso intento… Después de toparme con aquel extraño letrero, intenté seguir mi camino con normalidad, pero una misteriosa inercia me empujaba, sin poder evitarlo, otra vez hacia ese sitio. «Entra… entra…», me decía una afable vocecilla que no era mi conciencia; quizás un duende invisible flanqueaba la puerta y silbaba la orden, como un viento favorable, para todos los que pasábamos por allí. Abrí la puerta, una pizpireta campanilla enmarcada en una reluciente vidriera de colores dejó escapar su sonsonete de bienvenida. «¡Ah… Buenos días, señora!», un amable Lunar, un habitante de aquí (no de los que brotan en la piel), salió a recibirme. Su boca era un piano de cola y desde su blanca cabeza se escapaban unos tímidos destellos platino que refulgían como un espejo. «Hum, buenas, señor… sólo vengo a echar un vistazo, dispongo de algunos minutos antes de que salga mi próximo expreso a la tierra», le dije con el fin de disuadir su velada intención de encasquetarme alguno de sus raros objetos. «Mire, mire cuanto quiera, señora… y si desea algo en especial, estaré por aquí cerquita…». Aprendí a chapurrear «lunático», el idioma de los Lunares, en un curso acelerado por correspondencia; pero a base de frecuentar mi jardincillo y de charlar con ellos en mis idas y venidas, ahora lo hablo de forma bastante aceptable. El educado hombrecillo se perdió detrás de una de sus múltiples repisas y yo comencé a observar con más detenimiento aquel variopinto espacio. Un sinfín de artilugios reposaban su empaque sobre lomos de antiguas y cuidadas estanterías de color grisáceo. «Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar», decía mi abuela. Se notaba que aquel Lunar le dedicaba un celo importante a todas sus pertenencias. Cada una tenía colgada su correspondiente etiqueta. En un principio pensé que era el precio; sin embargo, al acercarme para comprobarlo, descubrí con sorpresa que se trataba de una pequeña descripción del producto. Extraje mis gafas de la mochila y comencé a leer:
SEGUIR LEYENDO...

«El torno para moldear el tiempo»,  «el pincel para pintar sueños», «la tejedora de ilusiones», «la aguja de bordar mimos», «la máquina de escribir que recupera ideas», «Lupa para ver el alma –especialmente indicada para terrícolas-»…

Todos llamaron poderosamente mi atención, pero la lupa que podía ver el alma me cautivó, sobre todo el añadido: «especial terrícolas». Pensé en llamar al señor, quería que me explicara en qué consistía lo de esta peculiar lente; me giré despacio y allí estaba aquel ser pequeñito y afable con su sonrisa de piano de cola.

«¿Algo en concreto, señora? Ah… sí, la lupa». Como si adivinara mis pensamientos, sin darme tregua para reaccionar o contestarle, añadió: «Va de regalo con la máquina que recupera ideas. Aquí las seguimos usando para escribir, ¿sabe?; probamos con ordenadores pero no era posible profundizar, recuperar pensamientos o palabras perdidas… El ordenador es como una caja que guarda cosas y ya está; relaciona la información, pero no la recupera o la aumenta como nosotros queremos. Se pueden anotar infinitos acontecimientos en él, pero luego cuesta encontrarlos o lo que es peor, engarzarlos para contar algo decente. Además, con esta peculiar lente, señora, podrá ver lo que los ojos no alcanzan… amplia el alma de las cosas y de las personas. Lo he puesto indicado para ustedes, los de la tierra, porque con nosotros no funciona. Los Lunares somos como espejos, nos vemos reflejados en los demás; no nos hace falta agrandar nada para saber a quién tenemos delante…» Soltó una pícara sonrisilla de duende sabelotodo y me escrutó con unos ojos que recordaban la redondez y el brillo de la luna llena.

«Cuando esté escribiendo alguna historia…», continuó con su discurso, «si una palabra o fantasía se le resiste, con ella podrá ver su alma o la idea original que le impulsó a contarla. Y descubrirá la esencia tanto de las que desea narrar e incorporar a la historia como de las más ocultas o invisibles, o sea, las raíces de las que se nutren estos pensamientos para crecer y salir a la superficie, los pilares en los que se apoyan para atrapar con firmeza los ojos lectores más avezados… Con esta lupa siempre sabrá recuperar el principio de la madeja para seguir de forma correcta el hilo de todos sus textos, nos ayuda a que el otro nos reciba con claridad a la vez que agrega hebras a su propio ovillo de imágenes…».

Reconozco que necesité un tiempo para desgranar todo lo que aquel hombrecillo me transmitió, aunque tenía la sensación de que me había revelado algo muy importante. Y antes de que me pudiera dar cuenta, ya estaba en el asiento de un «cohete exprés», de vuelta a la tierra, con un esmerado paquete en mi equipaje…

                                                                         *******
Hace días que intento escribir algo sobre «la tolerancia», no me convence ningún borrador que, de forma inexorable, acaba en la papelera virtual, ese lugar donde las letras desaparecen para siempre con un sencillo gesto del dedo índice, sin posibilidad de recuperarlas o reciclarlas como merecen. Porque hablar sobre esta compleja virtud podría acercarse a pontificar, desde luego no resulta tarea fácil sin caer presa de dogmatismos, muchas veces, incomprensibles y en sí mismos «intolerables» para los demás. Sin embargo, recordé la máquina y la lupa que me traje de mi Luna. Con la reciente cosecha de letras frescas que surtían mi cesta me dispuse a estrenarlas, así, sin más prejuicios que nublasen mi ánimo o expectativas que cayeran a presión, como el chorro frío de la misma «intolerancia», ese rechazo o abandono que se lanza sin mirar al interior o más allá de la parte visible de los demás.

Y comencé a escribir en aquella antigua máquina. Mis dedos se hundían con presteza en cada letra y casi sin pensarlo, tecleé el primer párrafo. Pero a pesar de la rapidez con la que aporreé las teclas no pude continuar, cualquier cosa que dijera sobre la «tolerancia» me sonaba a dogma, a juicio sin labrar. La lupa desprendía a mi lado un brillo especial, me acordé de las palabras del Lunar y la dirigí hacia lo que acababa de expresar en el papel. Con gran sorpresa descubrí como unas letras doradas, de trazo muy antiguo, se iban formando y se unían para dejarme este mensaje:

«Algo que los humanos habéis arrinconado, que ya no queréis usar… darle otra oportunidad, es un primer paso. Mira lo que nunca has visto o no te atreviste a ver, aunque lo hayas intuido… Somos espejos, nos vemos reflejados en los demás; no nos hace falta aumentar nada para saber cómo es el otro…».

Enfoqué con la lente a mi perrillo que dormía en mi regazo. A pesar de su miedo y de que un extraño objeto, que nunca antes había visto, me deformaba y agrandaba un ojo de manera muy inquietante para él, empezó a mover su rabito y, por primera vez, me sonreía sin ningún tipo de aprensión que le impidiera hacerlo o lo alejara de mi. Aparté la lupa, Mike dormía con la misma placidez de unos minutos antes. En ese mismo instante comprendí que era algo que siempre me iba a dar sobrevolando su miedo a todo lo diferente y desconocido.

Encendí mi portátil y abrí el correo. Para: «señorLunar@lunamail.com». Asunto: «Gracias» Mensaje: «Le envío toda mi gratitud por estos tesoros lunares. Funcionan a las mil maravillas. La magia de los dos me ha ayudado a comprender una importante cuestión sobre la que no me atrevía a pronunciarme. Prometo volver a su tienda Lunar…»

Mar Solana©

15 comentarios:

Meulen dijo...

Hola Mar
un saludo grande para ti
y sinceramente felicitarte por este escrito...me ha gustado como pocos de los que leo por tantos lados...sin dudas tu creatividad desborda y nos dejas este entrañable cuento de fantasía y realidad , donde tomas magistralmente elementos que toman su caracter y su increible función en las manos y la mente creadora de la artista , y las hacen del todo poderosas en su fin...que vas mas allá de entretener ,sino tiene esa valorización que busca en esos elementos una filosofía de vida, de lo que tiene real valor saber ver y distinguir en el otro...

muchas gracias por dejar tu escrito...
lo he disfrutado mucho
y comprendo muy bien lo que planteas de la tolerancia...

*******************************
(en apartado decirte que me ha costado en demasía abrir tu blog , pues de me cuelan un sinnúmero de paginas extras que no se a que viene...lo cual no me pasa en otros sitios...supongo obedece a este sistema de blogger??...
para poder al fin opinar he pasado como casi una hora!!)


******************

te dejo un gran abrazo
y felicitaciones nuevamente!

María Bote dijo...

De veras, querida Mar; me he quedado literalmente boquiabierta leyéndote. Hacía tiempo que no leía un relato que me gustase tanto como me ha gustado éste, amiga.

Me parece un alarde de ingenio, imaginación y buen hacer en la narrativa. Mi aplauso y mi admiración para ti. Has poblado mi noche de fantasía y belleza, gracias.

Un abrazo. María

Mos dijo...

Qué bueno, Mar. Lunática total con lupa o sin ella.

Fantasía e imaginación en un cocktail repleto de ternura y amor a las letras.

Y Mike ni se inmutaba, qué majo el perrillo.

Un abrazo de MOs desde la orilla de las palabras.

Natàlia Tàrraco dijo...

Mar, marinita, vengo contenta a tu casa y me encuentro con esta joya.

La cuestión es "viajar" a la luna si hace falta, y esa lupa es mágica, resulta que la tenías en tu cabeza y despertó, lupa de mirar profundo y ampliado, te ha servido para llevarme de tu mano al deleite de tus palabras, de eso se trata escribir, fascinar, comunicar, volar. Para tolerar habrá que empezar por conocer y comprender, a nosotros mismos antes que nada.
Te felicito de corazón, recuerdos al lunático o al marciano si decides llevarnos a Marte a dónde sea, te sigo.
Besito lunero de lunes o de Luna.

Luisa dijo...

Hola, Mar.

Simplemente: ¡Genial!

Me ha encantado este relato. Aúna magia, sabiduría e imaginación. Los tres pilares fundamentales para construir un buen relato. Estupendo el uso de los diálogos indirectos. El mensaje nos llega íntegro, sin interferencias.

Ay, la intolerancia, qué difícil es escribir sobre ella pero que fácil sentirla en carnes propias. El alma humana es complicadísima, pero creo que no es tan difícil verla. Nuestros actos hablan por nosotros. Es curioso, pero mi nueva novela trata sobre este tema.

Sigue así, preciosa. Regalándonos estas joyas.

Un requetebeso.:)

Gustavo D´Orazio dijo...

EXTRAORDINARIO, MAR...ABRAZO DESDE BAIRES.

Mar Cano Montil dijo...

Hola, Meulen:

Muchísimas gracias por tus palabras, ¡no veas lo que a mí me alegra que disfrutes con mis letras! ese es el objetivo, ofrecer ricos 'paladeos' al lector, bueno, no siempre se consigue y a veces el 'guiso' se quema o se pasa, :)) La imaginación al poder, jejeje...

Gracias por tus huellas mar adentro. Respecto a lo que me dices, me parece que se trata de tu blog, cuando visitas unos cuantos que tienen publicidad, las páginas se van acumulando y si no lo limpias, pasa lo que comentas. Yo no tengo publicidad mar adentro, pero si ya llevas unas cuantas pegadas de otros blogs, es lo que pasa. Debes tener cuidado porque algunas llevan potentes virus...

Besotes, chilena de lujo ;)

Mar Cano Montil dijo...

Hola, María:

¡Qué lindo me suena eso de poblar noches de fantasía y belleza, muuuchas graciassss ;)))!!!

Solo por lectores como vosotros merece la pena seguir adelante con las cosechas de letras. Me alegra mucho verte mar adentro.

Te mando unos cuantos besos en una ola, saladitos y con caracolas ;))

Mar Cano Montil dijo...

Hola, Mos:

Sí, jejeje, siempre he sido una Lunática sin remedio, y me gusta la magia que este planeta destila sobre nosotros, los terrícolas ;)) Me gusta mucho el yin y el yang de la Luna...

Y bueno, creo que compartimos el amor a las letras, ¿verdad? con aguas muy especiales de por medio, tú tu fantástica orilla y yo, mi mar adentro :D

Besotes, querido Mos.

Mar Cano Montil dijo...

Náta, galleguiña... tu visita y tus regalos de palabras ¡sí qué son una joyita!! :)

¿Lupa en mi coco? Nooo, jejeje, estaba en la tienda del Lunar, allí la encontré ;) y ha sido un descubrimiento maravilloso, te lo puedo asegurar, he comprendido cosas insospechadas para las que la mente me mantenía rígida como vara de avellano :D Entre ellas, lo que tú dices, la complicada labor de la tolerancia empieza con uno mismo, solo de esa forma podemos tejer el tapiz con lo colores de los otros...

Me encanta verte remando mar adentro, te invito a tortitas con algas, ¿te apetece? ;))

Besotes de miércoles mercurial, je.

Mar Cano Montil dijo...

Hola, Luisa:

Me has sonrojado, glubs, viniendo de ti es un halago que me ha inflado unos cuatro kilos de vanidad, jajaja...

¿De verdad lo ves como un relato? No sé, yo no lo he etiquetado así porque me parecía que el planteamiento, nudo y desenlace eran algo pobres y la historia es más bien reflexiva, pero ahora que lo dices... lo pensaré, lo mismo con unos brochazos y trabajo de buril ;))

Sí, Luisa, el alma humana es un intrincado pasadizo y creo que estamos aquí para aprender a transitar por él y para ganarnos nuestra propia linterna... A veces, cuando enfocamos el chorro de luz hacia algunos rincones, de pronto, comprendemos; sin embargo, hay otros en los que incluso, la luz rebota y dispara sesgos de confusión... Sí, mi querida amiga, nuestros actos, nuestras palabras y aquello que omitimos, lo que no hacemos o no decimos, todo ello son pistas para adentrarnos en el pasadizo ;)

¡Uy, qué ganas de leer también esta novela tuya! Aunque ya sabes que primero espero con ansia 'La piel...' :D

Besotes, mi niña, y dale achuchones a Iron y a Isoldita ;)))

Mar Cano Montil dijo...

¡Gustavo, qué gusto verte mar adentro!! Muchísimas gracias por tu lectura y por tus palabras. Un besote para Baires...

Anónimo dijo...

I love the valuable info you supply in your posts. I like your writing style.

Mar Cano Montil dijo...

¡Thanks, very much, Anónimo! :)

balamgo dijo...

Como siempre el texto una maravilla. Debes de tener una fuente de inspiración inagotable :)
Gracias por la visita.
Abrazos.

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PENSAR... MAR ADENTRO.

PENSAR... MAR ADENTRO.
«La mente intuitiva es un don sagrado del que la mente racional es su fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra el sirviente y ha olvidado su don» © Albert Einstein. Imagen: Faro de Suances (Cantabria) © Mar Solana.

CUADERNO DE BITÁCORA: "DIARIO DE NAVEGACIÓN" ...


Hace medio siglo ya me gustaba llevar lectura al campo ☺️

Soy la niña que asoma por la esquinita de la ventana, la primera por la izquierda... 😃 GRACIAS, MÓNICA...

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ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...

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... EL TIEMPO DESGRANADO Y SIN PRESTEZAS PARA ESCRIBIR, ESCRIBIR, SÓLO ESCRIBIR...

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».
¿Y leer? Me apasiona devorar libros. Es como visitar el hogar espiritual de mis escritores favoritos y paladear un delicioso vino de su mejor cosecha de Letras... Un buen libro es como una liana, te ayuda a desplazarte por la inmensa selva de tu imaginación... Leer también me facilita la tupida tarea de ir desbrozando esa maleza que se enreda entre la escasez de ideas y la falta de inspiración... ¡Nunca dejes de leer!

SABIA MAFALDA...

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

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GIRASOL...

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MANDALA DEL SOL...

«Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho.»

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran." Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...
... es la luz que te conduce a sacar de tí lo mejor, a crecer en la mirada de quien verdaderamente te ama. El verdadero amor te quiere libre y como ser expansivo. Nunca admite murallas para el alma que respira... Es descubrir tu segunda piel, la que te eleva a la capacidad de ser decididamente afectivo, humedeciendo con licor de alegría los desiertos emocionales ... CARLOS VILLARRUBIA.

VIVIMOS SIEMPRE JUNTOS...

Llenamos el caldero
de risas y salero,
con trajes de caricias

rellenamos el ropero.

Hicimos el aliño

de sueños y de niños,
pintamos en el cielo
la bandera del cariño.

Las cosas se complican,
si el afecto se limita
a los momentos de pasión...

Subimos la montaña

de riñas y batallas,
vencimos al orgullo
sopesando las palabras.

Pasamos por los puentes

de celos y de historias,
prohibimos a la mente
confundirse con memorias.

Nadamos por las olas
de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.

Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento
que las almas
se confundan en un mismo corazón...
(Letra y música: Nacho Cano)

ESTA SEMANA, TE RECOMIENDO... COGE UNA DE MIS CARACOLAS Y PPPSSSHHH... ESCUCHA...

Blade Runner ¡Forever!