«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias».
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Pintura: "Cielos para la soledad" de Miguel Oscar Menassa. |
Casi todos los veranos me da por
escribir algo más poético que de costumbre. No sé por qué será, supongo que las
condiciones propias de la estación junto con algunos aspectos, tanto
astronómicos como astrológicos, también estarán en el ajo de la cuestión. El
caso es que me siento más inspirada y me da por la prosa poética, el lirismo o
por balbucear poesía sin orden ni medida, así, a corazón abierto y alma en
cueros...
Hace unos veintisiete años, cuando
mi vehemencia juvenil aún tiraba de folios amarillentos y aporreaba las
vetustas teclas de una olivetti de segunda mano —adquirida especialmente para
mí en la emblemática calle Cascorro de Madrid —, escribí una especie de
inspiración poética sobre una canción que me gustaba mucho escuchar. No era
otra que mi sentir sobre la canción «Mothers of the Disappeared» («Madres
de los desaparecidos») del sempiterno grupo irlandés U2.
Para escribir la letra, Bono, el
cantante del grupo, se inspiró en sus experiencias en Nicaragua y El
Salvador en julio de 1986, después de que U2 se comprometiera e
investigara sobre las Madres de la Plaza de Mayo, un grupo de mujeres
cuyos hijos desaparecieron en el contexto de los gobiernos autocráticos de
Argentina y Chile. Bono sintió empatía por ambos grupos y quiso mostrar su
apoyo hacia la causa.
Y una servidora, escuchando la
canción en versión original (todavía no teníamos internet ni nada parecido),
escribió todo lo que aquellos acordes y la melódica voz de Bono le hicieron
sentir...
Hace unos días lo reescribí. Me encontraba
muy inspirada, en una de esas noches insomnes, de pactos secretos con doña
Luna. Espero que os guste, os inspire, os...
Si os apetece leerlo, solo os
pediría, por favor, que lo hagáis bajo dos condiciones:
- Si comienzas a leer y no te dice
gran cosa, vamos, que no te mueve las entrañas o descorre algún visillo de tu
corazón... por favor, no sigas. No quiero compromisos innecesarios o que te
veas obligado por simpatía, etc. No. Solo pretendo que mis palabras acaricien
las cuerdas de tu alma, esas que vibran sin esfuerzos ni protocolos de ninguna
clase.
- Que lo leas, si es posible, a la
luz de la luna y mientras escuchas la canción de U2, que podrás activar en este
mismo blog, justo encima de esta entrada... Escuchar la música es condición sinecuanum, lo
de la luna... vosotros veréis.
LEER MÁS...
DESAPARECIERON…
MÁS SÓLO DE AQUEL TIEMPO Y ESPACIO
A
las madres de todos los desaparecidos bajo el garrote de aquellas sombrías
garras…
Que el recuerdo de todas esas atrocidades nos ayude a construir un mundo mejor
en el que nunca permitamos que se vuelvan a repetir…
Que el siniestro germen de todas las aberraciones humanas jamás vuelva a brotar
y sus semillas se tornen cosechas baldías…
(Texto inspirado en la canción «Mothers
Of The Dissapeared» del grupo U2)
Nos parecen tan lejanos aquellos
lugares donde ocurren cosas infrahumanas, monstruosidades fuera de nuestro alcance…
¿Hueles la ruina? ¡Hijo de mis
entrañas!
Veo una mujer, llora, ha perdido
algo y su hogar está envuelto en llamas. Sostiene entre sus brazos a un niño
que parece suspendido en las punzantes horas del delirio…
¿Qué valor tiene la vida, más
allá de los sueños del color del carnaval y del sabor a alfeñique y a dulce de
membrillo?
Las madres de los desaparecidos
gritan la injusticia con un tenue hilo de voz, que rebota en el adarve de la incomprensión y
la indiferencia… no saben dónde buscar, el horizonte se vislumbra perdido…
perdido…
Ya no hay familias, la unidad se
ha roto con el mandoble oxidado de la bestia. La gente sólo puede sumergirse en
la memoria pantanosa del odio y chapotear sus miserias sobre el lodo del rencor…
La amargura se encarama en las intenciones como sanguijuelas de piedra.
La violencia fluye en las calles igual
que un río sitibundo de sangre, la misma de los que se oponen a que el terror
siga su curso y luchan para que se estanque.
Sólo puedo gritar… gritar…
El llanto viene de allá, se
acurruca bajo aquel cielo lánguido y ceniciento que pintaron de gris las bombas
y los misiles de un mundo cismático y hostil… quebrado.
Ellas lo saben… ya no quedan esperanzas
de volver a ver a los hijos de las entrañas malogradas … hijos de la muerte.
Hay que buscar, sólo desaparecieron en el
espacio y el tiempo, no en la memoria…
«Muchacho, llegó el tiempo de matar,
de hacer el trabajo sucio e informe de los villanos del mundo. De realizar los
orates deseos de demonios encarnados en cuerpos enjutos, zafios y menguados…,
mientras ellos sólo saben proteger lo que creen suyo…»
Pero… ¿qué está pasando con nuestros
hijos, hijos de entrañas malogradas … hijos de la muerte?
Los veo coger los fusiles y caminar hacia aquel lugar de nombre «exterminio» y
apellido «desolación».
¿Recuerdas a aquella mujer?
Vientre nacarado de puertas
abiertas al mundo, manto de tierra madre, cabellos de plata enredados en los
humores de la luna…, amor dilatado en su orondo abrazo, risa jacarandosa con olor
a jazmín…
Todos los días, despacio, tocaba
la puerta de tu alcoba con nudillos de chancaca y aliento a dulce de leche, debías
despertar del sueño de las estrellas y acudir a ganarte el jornal… y ahora…
¿Dónde llama su alma en pena?
¿Dónde busca?
Clama tu vuelta en el aire, grita
tu nombre en el vacío… en aquella plaza inmensa, en aquellas callejas de herrumbre…
donde nadie le hace caso. Ya no importa.
Las madres de los desaparecidos gritan
la injusticia con un tenue hilo de voz que rebota en el adarve de la
incomprensión y la indiferencia… no saben dónde buscar, el horizonte se
vislumbra perdido… perdido…
¿Dónde estáis, hijos de la muerte,
hijos de entrañas malogradas?
Mirad aquel cielo añil, la bóveda
celeste de un cosmos infinito, de un éter luminiscente…
Millares de estrellas pestañeando
mientras la madre Tierra, en medio de la quietud de una noche infinita, comulga
con lejanos halos fugaces de meteoritos extraviados, eternos… Ellas no saben lo
que es bueno o malo, simplemente están ahí, para ser testigos de la ¿vida? en
un mundo de agonía y ruina… inmisericorde.
Antes, cuando estabas tranquilo y
todo a tu alrededor era espacio sin tiempo, no sabías apreciar las cosas
pequeñas e insignificantes que ahora se tornan inmensas, desconocías cómo aprovechar
el tiempo perdido, ni siquiera el mágico encanto de la noche que se desplegaba,
perezosa, a lo largo y ancho de un mar de avenencia y tregua…
Ahora… ya casi no queda espacio; el
cielo no se pinta de escarlata, índigo y carmesí y la noche cae para
sobrevivir, sólo la vida… y ellas, sólo ellas, las Estrellas lo saben,
escribanas del Cielo…
¿Dónde buscamos?
Cabellos de plata, enredados en
la luna, se pondrán los mantos de la madre Tierra y seguirán luchando; mientras
sus hijos, hijos de la noche, hijos de la muerte, estén en sus memorias. Memorias
arrancadas de vientres pretéritos, otrora nacarados, preñados de angustia y
dolor… memorias de un limbo desaparecido, arrasado…
Les aman, gimen la injusticia con
un tenue hilo de voz que rebota en el adarve de la incomprensión y la
indiferencia… no saben dónde buscar, el horizonte se vislumbra perdido…
perdido…
Son las madres de aquellos que
una mañana desaparecieron y… aún no han vuelto a casa… Se los llevaron aquella
mañana glacial y velada… donde todo era gris…
No… No…
Y ahora… ¿Dónde están?
¡Dios mío, aquí huele a destrucción!
© Mar Solana.
7 comentarios:
Tus letras junto con el fondo musical, llega al alma, Tan triste Mar, tan inhumano.
Besos.
esa parte d ela historia toca hondo por estas tierras del sur...por los campos, el desierto , el bosque y el mar ...el océano dond efueron a parar al fin los huesos destrozados por la tortura, el genocidio...que aún gritan en medio del mar por su nombre y donde ya los que han caminado secaron sus ojos de tanto lamento...nunca pudieron saber con certeza donde depositar una flor...y esos clamores en otras siguen vivos...
recurdo cuando falleció Gladys Marín la mujer política partidaria de la izquierda comunista , ella nunca supo donde estaban sepultados su hijo y esposo...en ese dolor vivió y resistió hasta su último aliento y seguro fue su suspiro para ellos al fin de su vida...
y ella es apenas un botón de otras que perdieron todo...hijos, hermanos, hijas embarazadas...
ningún dolor más grande debe ser cuando te arrebatan lo querido de manera tan brutal...
y es una historia que ojalá nunca se vuelva a repetir...
abrazos querida amiga y me gusta que reedites ...tienes tanto que darnos!
Sin luna, no me ha hecho falta,... desgarrador, te llega a esa parte del corazón que siempre procuras tener acorazada, porque sabes que si la expones puede que acabes llorando de impotencia, he pensado en todo lo que nos muestran durante cinco o seis segundos en las noticias, estamos tan alienados que apenas notamos el dolor de la gente. Por desgracia es una historia que se repite, no dudes en alzar esa voz tuya, tan mágica, tan sensible, tan certera...
Me asombro de como las noches insomnes siguen siendo las más agradecidas después de todo, debe ser la oscuridad que te arrastra al interior del alma... Te deseo un buen sueño hoy. Gracias Mar
Mar, en este verano variable y extraño, que nos recuerda una vez más...cómo el tiempo vuela...Tu pones voz a tantas madres, que siguen dando vueltas en el espacio buscando a sus hijos, buscando un lugar para llevarles flores o sentarse a reflexionar y enviar una oración al cielo...Cuánto sufrimiento y desolación, me duele su dolor y siento su desesperación constante y agónica, amiga...Mi gratitud por tu solidaridad y esa profundidad, que te hace grande y entrañable, Mar...Mi abrazo inmenso y espero que vivas con intensidad este verano, que también anda un poco desconcertado y perdido...M.Jesús
La irracionalidad humana es la mayor y más inútil de todas las existentes en las criaturas que pueblan nuestro planeta. Sí, un felino mata pero para alimentarse, es su medio de vida. Un hombre mata por implacabilidad, por ausencia de sentimientos y para que nadie pueda soñar, nadie pueda pensar, nadie pueda opinar. Los genocidios humanos, medio de sembrar un terror que, supuestamente, aplacaría el libre pensamiento es tan maldito como quien lo parctica. Hoy, en cada segundo que transcurre, podemos realizar una larga lista de marginados, asesinados y desaparecidos, que es tan extensa como perversa y execrable. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta donde alcanza la resistencia a la maldad de los seres humanos? ¿Cuándo las grandes instituciones mundiales van a definirse protegiendo la vida? Desafortunadamente, Mar, creo que nunca. Su podrido sistema se lo impide. Solo se pueden ganar pequeñas batallas pero jamás se cambiará una podredumbre como la existente si no es con la ayuda de todos los humanos que, horrorizados por esta situación, levante su vos y sus manos contra quienes les sujetan y cohartan. Tus versos imprescindibles y U2 excelente.
Un cariñoso abrazo, querida amiga Mar.
He leído tu excelente prosa poética al tiempo que escuchaba la canción, querida Mar y, sólo puedo decirte que, estoy llorando... ¿cómo no hacerlo ante tanta reiterada barbárie?
Un abrazo, amiga.
Mis Queridos Amigos, Fieles Navegantes de este bergantín virtual:
Disculpad mi ausencia por esta casa, que también es la vuestra. Hemos cogido algunos días para arribar a otros puertos, descansar y desconectar. No obstante, sabéis que os dejo mis puertas abiertas para que disfrutéis y os toméis un cafelito si os apetece (ya sabéis donde están los hielos y las pastitas :)))
Mil gracias por vuestras palabras, que son oro molido, y por vuestra presencia. Así da gusto reeditar un texto, y más si es poético... Siempre he sentido un profundo respeto por la poesía y lo mío son puros escarceos con ella, no pretendo nada más. La injusticia y este tipo de acciones humanas tan terribles merecen que lo denunciemos y que jamás lo olvidemos; y no para albergar más odio, dolor o deseos de venganza, sino para llevar Luz a esos oscuros rincones de nuestro ser que son capaces de cometer este tipo de atrocidades que el prójimo.
Gracias por escuchar, por leer, por dejar este timón embargado de buenos sentimientos.
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¡POR FAVOR, NAVEGANTE DE "MAR ADENTRO",
NO TE VAYAS SIN DEJAR TU TINTA
EN ESTE HUMILDE TIMÓN,
AL ALBUR DEL BARLOVENTO!