PUERTO DE ATRAQUE Y AMARRE...
MANEJA ESTE TIMÓN DE LETRAS...
Bienvenido a esta Bitácora, Navegante...
Este es el Diario de a Bordo de Mar Solana (Mar Cano Montil), psicóloga, escritora y cuentista... Aquí encontrarás mi «Cuaderno de Impresiones, Cuentos, Relatos, Poemas, Reflexiones y otras Historias», una especie de lenitivo para mitigar las heridas que nos inflige este mundo punzante y rasposo... Escribí mi primer cuento con once años, lo inventé en un pequeño aseo donde me gustaba jugar. Con quince decidí que quería aprender el arte de «Domar Caballos Salvajes» (léase Emociones que necesitan volver a coger sus riendas). Por eso llevo un cuarto de siglo, con sus amaneceres y sus lunas, ejerciendo la Psicología... Mis raíces son "abu-leñas" y nací en la capital, pero a mi alma le dio por asentarse a orillas del Guadarrama... Hace algo más de una década regresé a mi pequeño Taller de Letras. Y ahora soy «Psicolotora» especializada en Literalogía o «Escritóloga» en Psicoratura. Me chifla inventar palabras, tender historias de Letras en las cuerdas del olvido y airear mis impresiones al barlovento del papel... Curiosa insaciable del aspecto más espiritual de la existencia, soy como el Caracol, peregrina de un camino infinito de crecimiento y aprendizaje...
ESTE ES "MI CUADERNO DE IMPRESIONES, CUENTOS, RELATOS, MICROCUENTOS, POESÍAS Y OTRAS HISTORIAS..."
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ELIGE CÓMO LEERME...
LA MAGIA Y EL AMOR DE LAS LETRAS...
CON LA MAGIA DE LAS LETRAS Y EL AMOR DE SUS ENCUENTROS...
«La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios». ©Milán Kundera.
«En esta comarca no existen reyes, aficionados o vasallos de las letras; sólo la magia de los artesanos de la palabra que intentan comunicar». ©Mar Solana.
«La verdadera novela es el arte que nace de la risa de Dios».
©Milán Kundera.
viernes, 26 de marzo de 2010
SOLOVKY: ARCHIPIÉLAGO INFIERNO ...
SOLOVKY: ARCHIPIÉLAGO INFIERNO
“Quizás un grano de arena no conforme una playa, pero ¡ay, si ese grano faltase!, ya no sería la misma playa…”
“Ningún estado puede prosperar sobre los cadáveres de sus propios ciudadanos. Si matamos a los que tienen ojos, viviremos en un país de ciegos durante mucho tiempo”.
A todas las víctimas de los infiernos humanos perpetrados en la Tierra…
Estoy muerta en vida. Las flores de ayer siguen frescas; un denso aroma, como un bálsamo hecho de polvo, fruta y almizcle golpea mi nariz… y mis recuerdos. Cada gladiolo, cada crisantemo, cada rosa, se estremece con la sal de mis lágrimas. Permanezco horas en este sitio glacial, rodeada de un silencio mate. Mi cuerpo es como la funda de un violín, dejó de respirar acordes aquella mañana de 1934…Punzantes y repetidos golpes en la puerta invadieron la quietud de la noche, fulminantes, apoderándose de todos los espacios; hendiendo el fino velo que separa el sueño de la realidad… Arribaban a nuestra existencia como máquinas del infierno y de allí te sacan a culatazos de fusil… “Aleksei Vasíliev Repin, enemigo del pueblo, desde ahora su trabajo queda confiscado por el bien de la nación…”, pronuncian sin pausa los toscos labios de un rostro vacío, salpicado por terribles sombras… Nuestro estupor era recompensado con más golpes…”Señora, usted debe permanecer aquí con sus hijos, el estado ya les ha buscado otro hogar…”. Intento recordar cuál de las dos sentencias me rasgó más el alma, ambas me devolvían el mismo pavor e idénticas sospechas. Enemigos del pueblo ajusticiados en lejanos infiernos, en lugares diseñados para morir. La libertad era una libélula sin alas que agonizaba patas arriba, sometida a los cánones de alguien que jugaba a ser Dios. “Al menos díganme dónde le llevan… ¡qué van a hacer con él!, pozhalusta!…”. “Usted debe permanecer aquí hasta que vengan a recogerles…”, recibí como única respuesta a mis súplicas. Todavía aturdida y conmocionada, corrí a abrazar a mis dos hijos, Lena, a la sazón de cinco años y Nikolai, de ocho. Aterrorizados por el repentino estruendo de aquellas pisadas impías, contemplaron con horror, detrás de los visillos, cómo se llevaban a su padre con insultos y golpes; y cómo mis lágrimas imploraban desde el impávido suelo. “Ya tebya lyublyu!”, fue lo último que él musitó mientras cruzaba a empellones el umbral de la puerta.
Dicen que el miedo extremo paraliza, detiene. Te deja en el sitio, con las intenciones desnudas y el ánimo hecho añicos. Estaba espantada y sobrecogida por las últimas imágenes que mi retina guardó para mostrármelas una y otra vez. Eso no me detuvo. Me he preguntado muchas veces de dónde extraje todo el coraje y la fuerza… Coraje para quemar aquellos pocos libros de nuestros años de estudiantes que custodiábamos como tesoros; fuerza para poner en la raída maleta sólo lo imprescindible y salir corriendo de la ciudad. Ímpetu y arrojo para caminar durante tres días con sus noches, como cervatillos asustados, campo a través. Ahora lo sé. La fuerza me la prestó Nikolai y el coraje fue de Lena. Sin ellos quizás me hubiera quedado allí, con mis libros, arrellanada en cualquier rincón, esperando mi destino…A pesar de todas las dificultades, enfermos y exhaustos llegamos allí. Pudimos escondernos del mismo satanás durante muchos años, en la apartada granja de nuestra amiga Olya.
Mi alma se fue con él, el violín no suena sin el arco. Por medio de algunos contactos, como suele pasar en estos casos, supimos que Aleksei murió diez años después, terriblemente torturado y masacrado en Solovky, el archipiélago del infierno, así lo bautizaron. Un intelectual que soportó durante diez terribles e interminables años los trabajos forzados de la construcción de un puente que parecía no tener principio ni fin. Lo anularon, desollaron su alma poco a poco, como sólo saben hacer las arteras estrategias de los demonios que se encarnan en cuerpos humanos. Muchas veces he recordado aquellas clases en las que nos adoctrinaban sobre nuestros principios, los del pueblo ruso, basados en la teoría de la evolución. Durante millones de años de trabajo, el mono se fue transformando en hombre…Sin embargo, y gracias a algún despropósito ruin, el proceso cambió en muy poco tiempo…y el hombre se hizo bestia otra vez.
No pudieron con su espíritu, pertenece a otras batallas que no se lidian en la Tierra. Olya y Nikolai me ayudaron a preparar este sitio, a levantar este pequeño monumento para honrar su memoria, un lugar para poder reencontrarnos todos los días. Polvo al polvo…Su cuerpo se convirtió en partículas diminutas que volvieron a la tierra, junto al sulfuro de alguna fosa común en Solovky, la isla del infierno. Su alma regresó conmigo hasta aquí, le trajo una libélula a la que le volvieron a crecer las alas. Sus huesos se han quedado en aquella isla maldita, aunque es un consuelo imaginar que el mar los abraza cuando sube la marea. Él buscó su morada eterna y me encontró. Por eso vengo todos los días y traigo flores recién cortadas. Y le hablo de nuestros hijos, de cuánto le extrañamos, de mi amnesia con la vida…De aquel violín que perdió su arco, un receptáculo que sólo alberga el silencio de acordes hueros y de melodías apagadas…
“Ya ustala”, sólo espero dejar este cuerpo muy pronto. Mi alma recuperará su melodía al son del vuelo de la libertad… Como la libélula que recobró sus alas quebradas, la que le trajo hasta esta morada, libre y sin dolor. Fluyendo como el agua del río, liberada de este peso que me amarra a la tierra, siempre adelante. Y al final del camino, el mar…; mi encuentro con él, el aire que respiraba, el arco de mi violín. Mi querido Aleksei, el padre de mis hijos en aquella maldita época de azufre y cicuta, de éteres infernales, de venenos subrepticios… No consiguieron emponzoñar la sangre de nuestro amor.
Cuando Lena llegó al cementerio, preocupada por la dilatada ausencia de su madre, sus ojos se abrieron como abanicos al albur de una repentina ráfaga de aire. La encontró postrada sobre el laude, sonriendo y con los ojos todavía húmedos, inerte y fría. “Madre, madre…”. Lena la estrechó entre sus brazos, su cuerpo parecía de trapo. Leyó la inscripción que todos los días regaba con lágrimas:
“Aquí yace el alma de Aleksei Vasíliev Repin:
Ciudadano modelo, simpatizante del progreso y de la evolución, amigo de los Ángeles, padre amoroso; esposo y compañero ejemplar…
Tus hijos, Nikolai y Lena te llevarán siempre en el corazón; tu mujer, Klara, jamás olvidará”.
Villalba, 25 de marzo de 2010.
(*) La pintura del encabezamiento se titula: "Tu ángel", pertenece a la artista boliviana Marina Suárez.
viernes, 19 de marzo de 2010
EL SILENCIO - DE JORGE BROWN- HECHO PALABRA ...
Mi amiga Sofía Pereira, gran terapeuta y mejor escritora, abrió este pasado diciembre un Blog dedicado a la memoria de su sobrino, Jorge William Brown González.
Jorge nació en Madrid, el 3 de febrero de 1970. Era el menor de tres hermanos. Pintor, escritor, escultor, poeta, viajero, y soñador incansable. Cuando se disponía a preparar una exposición con sus cuadros, y ya animado a componer un libro con sus infinitos escritos, murió por sobredosis, el 6 de Mayo de 2003.
viernes, 12 de marzo de 2010
ALGUNAS CURIOSIDADES "MAR ADENTRO"...
Mis queridos Navegantes de mares de letras:
Navegando por bellas isletas musicales, mi tripulación ha descubierto algunas curiosidades para intentar hacer vuestras delicias en el finde tan frío que se nos echa encima, ¡socorro! ;=)...
Se trata de cuatro videos que llevan por título: "MAR ADENTRO", me han gustado mucho todos y me apetecía compartirlo con vosotros.
¡Cómo no! ... El bello poema de Ramón Sampedro: "Mar adentro", de una de mis pelis preferidas que lleva el mismo nombre, de Alejandro Amenábar.
El cálido y "gaiteiro mar adentro" del excepcional músico y compositor gallego (¡buena tierra!) Carlos Núñez.
La pegadiza y melódica canción "mar adentro" de los Héroes del Silencio...
Y la romántica "Mar adentro" de Tommy Torres.
Espero que los disfrutéis tanto como yo, Navegantes, y sobre todo, abrigaros bien este, otra vez polar, fin de semana...
Besos, muuuchos, para todos mis soles "mar adentro" ;0)
sábado, 6 de marzo de 2010
¡¡ MI PRIMER BLOG ANIVERSARIO!!
Hoy, 7 de marzo de 2010, hace un año que abrí este blog. ¡Mon Dieu, cómo vuelan los meses, las semanas, los días...! Setenta y ocho entradas...ciento nueve seguidores, ¡quién me lo iba a decir a mí!
Quiero compartir con vosotros este primer cumple-blog y transmitiros mi gratitud y todo mi cariño por acompañarme durante toda esta travesía, en lo bueno y en lo menos bueno...
Para celebrarlo, he pensado que os gustaría que publicara uno de mis primeros posts o entradas. Se trata de un excursus que dediqué a una compañera. Espero que disfrutéis con su lectura.
Besos de domingo lluvioso para todos.
“ACEPTAR”
Quiero dedicar esta reflexión a la Memoria de Caridad Pérez Acino, compañera y colega de trabajo hace nueve años. Falleció en la primavera del 2007 bajo las crueles garras del cáncer.
Ella me prestó el libro que me inspiró, el 26 de marzo de 2001, para escribir estos pensamientos. Debían cumplir el objetivo de insuflar ánimos a unos alumnos de Oposiciones a MIR, a los que dedicó su esfuerzo y creatividad…
¡Que tu Ángel Guardián siga iluminando tu camino y colmando de coraje tu Espíritu!
En un excepcional librito: “El caballero de la armadura oxidada” de Robert Fisher, que puso en mis manos una buena compañera, leí algo muy hermoso que me impulsó a escribir estas reflexiones que ahora deseo compartir con todos vosotros.
La cita, aunque no literal, rezaba más o menos así:
“(…) Un cervatillo del bosque no espera a que el sol luzca para poder ir al lago a corretear y jugar. Si el sol no sale, no le estropeará el día. Es feliz siendo un cervatillo y todos los días son buenos para él…
¿Cuántos seres humanos somos felices simplemente por el hecho de serlo, sin esperar nada…?
Los animales no esperan, aceptan (…)”.
A simple vista, esta cita puede parecer demasiado evidente o resumir esa especie de filosofía de saldo de muchos libros, tan en boga en estos tiempos y mal apodados de “autoayuda”, que ocupan los primeros puestos entre los más vendidos. Sin embargo, si uno se detiene a meditar esto por un instante, percibiremos que estas hermosas palabras no están escritas con los dedos ágiles de una mente sagaz, sino con la dorada pluma que baña su tinta en el corazón.
Y siguiendo con nuestra reflexión, uno podría preguntarse: “¿qué es lo que los animales aceptan y qué es lo que no esperan?”
Aceptan lo que son, cada momento de su vida, porque carecen de la capacidad única que tenemos los seres humanos de evocar nuestros recuerdos, especular sobre ellos e imaginar los devenires de nuestro futuro.
¡Cuán desgraciados y limitados nos hace, a veces, este sutil y excepcional talento! Tristes, apesadumbrados y quejumbrosos sentimientos afluyen a nuestro ánimo, cual resortes comprimidos en una caja de sorpresas, al desenterrar los sucesos menos gratos de nuestro pasado.
El miedo, las dudas, minan y alienan nuestra voluntad, perturban y socavan nuestro sentir cuando esa oculta obsesión por nuestro devenir se apodera de nosotros, ¡impidiéndonos aceptar incondicionalmente cada momento de nuestro presente; valorar la magia, el amor y la gratitud que se desprende del simple hecho de estar vivos!
Aceptarnos, aceptar a los demás, el mundo que nos rodea y nuestras circunstancias es sinónimo de amar todas esas cosas. Y sólo podremos Amar si antes hemos perdonado.
A nosotros mismos, por los errores cometidos en el pasado, y a las personas que nos rodean, por la aflicción que sus actos nos hayan podido inducir. En la otra cara de la moneda está la resignación, que no es más que negar, ocultar y reprimir nuestros verdaderos sentimientos que estarán esperando otro momento para volver a llamar a nuestra puerta y darles la luz que se merecen: la del Perdón y el Amor.
Si aprendemos a aceptar todos los instantes que se van tejiendo en el tapiz de nuestra vida, podremos apreciar mejor otras tonalidades brillantes y hermosas del resto de tapices de otros seres vivos de la Tierra. Es también el primer paso para aprender a Amarnos a nosotros mismos, somos los únicos protagonistas de cada momento de nuestra Vida; de esos instantes filmados con la cámara del presente.
Los animales no esperan, aceptan…
No esperan de la Vida tantas cosas como esperamos nosotros y que la Vida o los demás les estén dando cosas constantemente.
La palabra esperar aquí se refiere a expectativa y no a esperanza. Según el diccionario de la Real Academia Española, expectativa y esperanza son palabras afines en cuanto a su significado, es decir, ambas aluden a "esperar conseguir lo que se desea o se pretende". Sin embargo, la diferencia entre ambas es tan sutil como el sentimiento asociado al campo semántico de cada una de ellas. Mientras que las expectativas consisten en formarnos una serie de prejuicios (“juzgar antes de…”) apenas carentes de emoción con respecto a cosas, personas o lugares antes de conocerlos; la esperanza sí parece estar asociada casi siempre a sentimientos muy personales de nuestro estado de ánimo. No en vano decimos que "las expectativas se frustran, la esperanza se pierde" (aunque se dice que fue el único sentimiento que permaneció fiel en la Leyenda de “La caja de Pandora”).
Cuando venimos a este mundo nuestra familia se encarga de perfilarnos como seres sociales, nos aporta la cultura y la educación que necesitamos para convertirnos en personas más o menos “aptas” o “válidas” para la sociedad en la que vamos a vivir. Y ya desde que somos muy pequeños nos enseñan a esperar: esperar que cambie el tiempo, a que nos regalen cosas cuando es nuestro cumpleaños o Navidad, esperar un buen trabajo, esperar amigos fieles bajo cualquier circunstancia, esperar la pareja soñada, esperar… siempre esperar. Podríamos decir que nuestra vida se asienta sobre este pilar, gira en torno a él constituyendo una de nuestras motivaciones fundamentales.
Y… los animales no esperan, aceptan.
Por desgracia, a los seres humanos no nos educan para Aceptar lo que somos, lo que tenemos o toda la belleza que nos rodea, ya que siempre estamos esperando que “todo sea mucho mejor”. Ser los mejores, tener más que los demás, modificar el entorno a nuestro antojo y cuantas veces queramos. Aunque para ello tengamos previamente que destruir y pisotear nuestros principios vitales y morales, los que de verdad aportan a nuestro ánimo toda la Paz y la Armonía que necesitamos para Vivir. Sería más hermoso y gratificante en nuestra Vida aprender a Aceptar de una manera incondicional y profunda, sin reservas, en lugar de estar siempre Esperando de todo y mucho.
Aceptar no significa Esperar constantemente a que las cosas cambien para mejorar.
Aceptar es la Esperanza de la “Caja de Pandora”, es el Amor Universal e Incondicional.
Aceptar mi Vida y a mí mismo, tal y como soy AHORA. Aprender a aceptar mi pasado y ofrecerle el respeto que merece porque forma parte de mi existencia Terrenal.
Aceptar es tener el coraje suficiente para vivir mi presente, humildad con mi pasado y Esperanza y confianza con el futuro.
Gracias por tu atención.
Villalba, 26 de marzo de 2001 (revisado el 9-10 de abril de 2008).
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ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...
«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».
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GIRASOL...
«Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho.»
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VIVIMOS SIEMPRE JUNTOS...
con trajes de caricias
rellenamos el ropero.
Hicimos el aliño
de sueños y de niños,
pintamos en el cielo
la bandera del cariño.
Las cosas se complican,
si el afecto se limita
a los momentos de pasión...
Subimos la montaña
de riñas y batallas,
vencimos al orgullo
sopesando las palabras.
Pasamos por los puentes
de celos y de historias,
prohibimos a la mente
confundirse con memorias.
Nadamos por las olas
de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.
Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento
que las almas
se confundan en un mismo corazón...