La semana pasada,
Fernando López Guisado, poeta y compañero en el proyecto «IlusionariaIII»,
tuvo la amabilidad de enviarme su poemario, «La letra perdida», recién editado
por Vitruvio. De forma franca y espontánea me pidió que, por favor, se lo reseñara. «Uy, Dios mío, qué responsabilidad…», pensé, «¡si jamás he hecho algo parecido
con la poesía!, ¿y si no conecto con ella?, uf…». Como veis, gracias a los
versos de este peculiar poeta, ¡voy a reseñar, por primera vez en mi vida, un
libro de poemas contemporáneo! Alguna vez, «mar adentro», he publicado poemillas de mi cosecha y siempre he pedido disculpas al gremio, la poesía es un
género que desconozco pero con el que, de vez en cuando, he jugueteado. Alego
ahora, de nuevo, a su indulgencia respecto a mi bisoñez y atrevimiento con algo
que jamás he hecho: opinar sobre ella. No obstante, antes de pasar a comentar «La letra
perdida», quisiera dejaros unas breves apreciaciones sobre lo que significa
para mi la poesía y por qué algunos autores no se atreven a examinarla, tal y
como hacen con la prosa.
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Hace
tres años y medio se publicó mi primer libro en coautoría dedicado a la memoria
de mi Tío, el joven poeta y seminarista, Juan Cano Solana, que murió fusilado
en los prolegómenos de la guerra con tan solo veintiún años. Por aquella misma
época me decidí a botar mi recién nacido blog, «mar adentro», para poder navegar
por las ciber-aguas de las letras. Y bien por el ángel de mi Tío o porque
dentro de mis genes también se acurruca una pequeña poeta o por una mezcla de
ambas cosas, he conocido ya a unos cuantos rapsodas a lo largo de mi singladura
virtual, algunos de ellos muy buenos amigos. De hecho, una de las páginas
principales de esta bitácora, «Mis Poet(m)as
del alma», está diseñada para mostrar los versos que me han dedicado. Lo
que más me enorgullece es haber encontrado estilos tan distintos y que poco (o
nada) tienen que ver entre ellos; es más, a medida que profundizo en sus letras
perfumadas, tengo la sensación de que existe un talante para cada poeta, al margen de los corsés de la rima y la métrica.
Respecto
a las razones de que apenas existan reseñas sobre este género, algunos afirman
que la poesía es más difícil de entender que la prosa y que los poetas son un
grupo de petulantes inaccesibles. Parece otra vanidosa osadía atender solo a
«la paja del ojo ajeno» para responder algo así. Y en cuanto a su «comprensión»,
sin ánimo de crear ningún dogma o pontificar, me gustaría transmitiros mis
impresiones. Y son impresiones, insisto, porque no me considero una experta en nada
y mucho menos en poesía; conducir no equivale a ser el mejor conductor igual que
el aprendizaje de un oficio no te hace maestro de él, uno se maneja o sale al
paso como mejor sabe, no hay más misterio.
En
primer lugar, existe un aspecto muy importante que otorga su particular sello
de identidad a la poesía y que tiene que ver con nuestra forma de acercarnos a
ella o de percibirla sin prejuicios. Es difícil captar su esencia con la mente
o desde nuestra razón; los versos se sienten, llegan al alma y se conecta (o
no) con ellos. Tratar de explicarlos desde nuestra racionalidad es como querer
caminar sobre el agua. En el transcurso de estos años, he aprendido a colarme de
puntillas y con el mayor de los respetos en los versos de mis amigos; solo
cuando he olvidado mi cabeza ‘pensante’ y he fluido con mis sentimientos, solo
entonces, he sido capaz de «sintonizar»
con el poema y con un trocito del alma del poeta. Quizás por este motivo o porque es más sencillo apostillar desde
la sesera, resulte arduo y complicado reseñar el corazón y las simas del alma
humana; a muy pocas personas les gusta ponerse delante de un espejo para
observar con detalle su desnudez. No es «petulante» el adjetivo que debe
acompañar a aquella parte de la literatura que no podemos explicar con
facilidad y que pertenece a la esfera del sentir más íntimo y personal. Jan Skácel, uno de los poetas checos más
significativos de la segunda mitad del siglo XX, dijo:
«Los poetas no inventan los poemas. El poema está en alguna parte, ahí
detrás. Desde hace mucho tiempo está ahí. El poeta no hace sino descubrirlo.»
A lo mejor esta sabia frase de Skácel podemos hacerla extensible
también al mundo de la prosa: las ideas, igual que los versos, no se
«inventan», se recuperan de algún limbo pretérito; así, cada escritor o cada
poeta, encuentra lo que «debe» hallar.
En segundo lugar, creo que hay otro
punto que no debemos obviar a la hora de reseñar poesía. El escritor, desde el
pasillo y en zapatillas, teje para sus novelas, cuentos y relatos unos
personajes que no le son ajenos pero no son él. Decía Gilbert Keith Chesterton, escritor británico de inicios del siglo
XX:
«Una buena novela nos dice la verdad sobre su protagonista; pero una mala
nos dice la verdad sobre su autor.»
El poeta, totalmente desnudo y ensamblado a su butaca, borda a través de sus versos unos personajes como uvas del
mismo racimo o «yoes» de la misma personalidad: él. Así, analizar una novela,
aunque también se hallen implícitos los sentimientos, es menos complejo porque
se hace desde la objetividad y desde fuera del propio autor. Es decir, se
«narra» o se «ensaya» sobre lo «narrado». Sin embargo, el poeta, al estar
identificado con su obra de la cabeza a los pies, requiere que nos zambullamos
o nos demos un buen chapuzón en las aguas de su alma para examinarle…
Y eso es lo que he hecho con mi compañero, Fernando López
Guisado; poeta madrileño, nacido hace algo más de tres décadas. Me he
enfundado mi traje de buzo para sumergirme y encontrar su «Letra perdida». Espero
haber roto una lanza a favor de la reseña poética y en contra de aquello tan
manido de «zapatero a tus zapatos», «escritor a tu prosa» y «poeta a tus
versos».
Lo primero que captó mi interés
fue la cuidada edición de este poemario, unas brillantes tapas negras abrigan
el lecho blanco de sus letras. Y comienzo a leer… Algunos poemas me acarician y
me ahondan en un tranquilo fluir de sentimientos, otros me abofetean y me jalan
hasta el fondo. Sus versos llevan implícitos la eterna redención de Mr. Hyde y el pecado del doctor Jekyll, la luz y la oscuridad, el odio y
el amor, la paz y el tormento, todo ello rociado con miles de gotas de
esperanza y mucha, muchísima humanidad…
Y no puedo parar de leer… Pena y
alegría, clemencia e impiedad, dolor y placer… La poesía de Fernando es lúcida,
muy intensa y con un empleo exquisito e impoluto del lenguaje, sobre todo de
los epítetos. Es intimista, brutal y anegada en sus cuatro costados de certezas
y de anhelos; el emperador salva al esclavo de una muerte segura, aunque antes
ha mantenido una lucha sin tregua en el circo de los condenados. Sus versos reposan en la
antigua sabiduría taoísta del «Yin-Yang» o de la perpetua dualidad del alma
humana: nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una
continua transformación. Por eso, la oscuridad de algunos de los poemas de Fernando,
igual que el negro brillante de las tapas del poemario, muda al blanco para sostener otros
versos que son pura luz. Todo un descubrimiento encontrar «La letra
perdida» de este poeta. Enhorabuena, Fernando.
Con su permiso, os dejo con uno
de sus poemas:
Hay madrugadas en las que,
desvelado de improviso,
me encuentro buscando en mi
rostro
algún rasgo deseado
de otros rostros que conozco.
Sin embargo,
aparecen varios ajenos
que jamás desearía descubrir.
Intento desterrarlos; pero
persisten,
se alían,
a oleadas lentas se fusionan
y combinan, construyendo a esa
persona
que me observa sombría desde el
espejo del baño
al despertar cada mañana,
o en noches como esta
entre anhelos y penumbras,
en zozobra.
Fernando López Guisado
Mar Solana©.
8 comentarios:
Muchísimas gracias Mar, por este salto mortal hacia la reseña de poesía. Ya hemos hablado de ello, pero tu apreciación no sólo de la sombra sino de la luz que hay en La letra perdida, es uno de los acercamientos más valientes y bellos que se han hecho al libro. De verdad, a este hombre y su busto de Lovecraft, le faltan las palabras. :D
Tu reseña me ha hecho recordar al prólogo de Sartre a la obra del poeta Jean Genet ¡GENIAL!
Un gran beso Mar (eres incomparable)
Regresar, después de tanto tiempo, a Mar adentro, y encontrarme esta joya,... ¡menudo regalo!.
¡Qué suerte tiene tu amigo que alguien de tu talento haya hecho la reseña de su obra!.
Sí, como tú dices, la poesía tiene que llegarte, tiene que acariciar el alma. Su poema llega. Tus palabras también.
Besos, mi querida e inolvidable tocayita.
Hola, Mar.
Estupenda reseña! Serás primeriza en estas lides, pero creo que has aprobado con nota superior.;)
Como bien dices, no es fácil reseñar poesía. Yo me las he visto con varios prólogos de poemarios, que no sé si decirte si son más complicados que una reseña. Yo diría que se parecen mucho. En ambos hay un análisis exhaustivo de la obra y de las sensaciones que nos transmiten.
Genial, Mar. Mi Enhorabuena a Fernando por su poemario, y por supuesto a ti por esta reseña. Ayuda a acercarse al poeta y a su obra.
Requetebesos, preciosa.
Pues, amiga Mar, que te ha salido una reseña muy pero que muy buena. Es cierto que ayuda a acercarnos al poeta y su mundo.
Te felicito por tu labor y te agradezco los piropos a mi lectura en ONDA MERLÍN. :):):):):)
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Saludos Mar
leí con mucha atención este texto...
y siempre es refrescante leer las palabras certeras de escritores que como tú tienes oficio en el arte del bien escribir ...aunque como dices se te hace complejo la poesía...aquella forma de mirarle enfocada a lo intimo es lo que hace el sustento de la misma y tiene todo un valor humano profundo ...
Como poeta que escribo desde tanto tiempo , intento a través de esas palabras describir en algo la forma de captar y comprender la vida misma ...que a veces no necesariamente viene el escrito desde una experiencia personal íntima sino más bien el haber captado en algo empáticamente la experiencia de otro ...algo complejo sin dudas que en el fondo ilustra una manera particular de ver también , nuestro propio mundo interior teniendo el recurso de lo observado y captado en el otro como una escusa quizás para develarnos nosotros mismos...
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Seguro que lo que escribiste acerca del poeta en su reseña apoya en mucho a la mirada global que se le da a su poesía ...sobretodo como bien dices HUMANA ...y eso mueve a buscar esas palabras y reencontrar quizás en esas nuestra propia voz interior...
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te extraño sin dudas...
te dejo mi abrazo grande!
Mis queridos: FERNANDO, DRAC, MAR (Tocayita ;) LUISA, MOS, MEULEN:
Os agradezco muchísimo vuestras palabras y que hayáis dedicado un ratito a leer mi primera reseña poética ;) Me hubiera gustado contestaros como merecéis, pero esta semana el señor Tiempo me ha secuestrado con sus exigencias y no he encontrado unos minutos para vosotros. Lo siento, procuraré enmendarlo para la próxima vez :)
Mi especial agradecimiento a Fernando, por haberme confiado tan noble tarea con la que he disfrutado muchísimo, es un gran poeta y ha sido un verdadero honor.
GRACIAS A TODOS.
Un enOOOrme abrazo para todos.
Meulen, preciosa; voy a comprar unos pastelitos de crema y me voy pa Chaiten :DD ¡tú pones el cafelito!!
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¡POR FAVOR, NAVEGANTE DE "MAR ADENTRO",
NO TE VAYAS SIN DEJAR TU TINTA
EN ESTE HUMILDE TIMÓN,
AL ALBUR DEL BARLOVENTO!