Ya no albergaba ninguna duda, mi hijo había perdido la chaveta. Incluso me pareció una buena broma el día que comenzaron sus lamentos. A todas horas se quejaba de lo mismo. Siempre igual, día tras día, escuchando sus peroratas. A la misma hora, los mismos ademanes. “¿Y cuántos malditos años hacía que cuidaba a la Manuela?”, me preguntaba yo…
─ ¡Ni un gesto…ni un solo gesto tiene conmigo, madre! ─solía comenzar su arenga─. Le doy de comer lo que más le gusta… ¡y se lo doy con las manos, madre, qué la Manuela es muy salvaje, ya lo sabes tú…! Le sorprendo con los mejores zumos en el desayuno y le compro las mejores verduras para su dieta. Le preparo la bañera con poquita agua y a la temperatura exacta que ella quiere. Le rasco la espalda y le limpio los ojos con bastoncillos y colirio cuando se le irritan en primavera…
En este punto, dejaba de gesticular como un poseso y se dirigía cabizbajo al sofá. Me miraba con ojos de cordero degollado y seguía quejándose a hipidos, con voz queda y entrecortada… Creo que le asaltaba un breve destello de lucidez por el que intuía que, en el fondo, no había solución para su extraña quimera.
─En verano… le dispongo el mejor rincón del estanque para que pueda nadar a sus anchas… y ella… nada que te nada, y para mí… ¡nada de nada! Apenas me mira, ni un roce, ni una caricia; pasa por mi lado como si no existiera, siempre tan suya, tan digna… ¡Y ya no puedo más, madre, no puedo más!
En ese momento y como quién sigue un ritual, se tapaba la cara con las manos y comenzaba a sollozar a moco tendido. Yo me sentaba a su lado con un paquete de pañuelos e intentaba convencerle de que las tortugas no suelen devolver los gestos de amor.
Villalba, 18 de junio de 2010.
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16 comentarios:
¡Ay qué relato más gracioso, Mar!
En la primera palabra del segundo renglón, ya he empezado a reír... y con esa forma tan "salá" de narrar que tienes, al descubrir que, la Manuela, es una tortuga, casi me muero de risa.
¿Tú me dices a mí que soy única?... ¿Y tú qué eres, mi nenica del alma?...
Un millón de besos.
Uuauu!! ¿entonces qué sería si se hubiera tratado de una chica? Y la intriga...¡¡¡cómo será su vida sentimental ahora!!! Ojalá que le vaya muy bien. Un abrazo
Mar...
¡Menuda sorpresa¡ Que bonito relato y que final tan inesperado, la verdad es que ya estaba viendo a esa madre triste por el comportamiento de su hijo y su injusta actitud ¡pero era su tortuga¡ ayyyyyy que me da. Que gran escritora eres, hermosa¡
Un besote
Que tierno Mar. A veces hay mucha cordura en la locura, porque el dar tanto amor aunque se trata sólo de un animal es señal de mucha riqueza interior. Lo malo está en querer que sea correspondido de una forma un tanto inusual.
Muy bello cuento Mar, como todos los que escribes. Tienes talento y eso lo sabes.
Muchos besitos amiga
jajjajaja...sí, junto con los pececitos deben ser las mascotas menos expresivas! jejejee
Un abrazo.
Bonito relato. Me ha gustado.
Hay que reconocer que las tortugas son muy egoistas, asi que teniendo en cuenta su longevidad, lo único que se puede hacer es dejarlas de herencia a tu peor enemigo.
Saludos.
¡¡Jajjaja!! Muy bueno, Mar. Ingenioso y divertido.
Me alegra mucho ver que sigues escribiendo cosas, y que están en tu línea: son muy buenas.
Tengo la impresión, aún sin conocerte,de que pasas rachas de sequía literaria, como me ocurre a mí, y que eso te agobia bastante. Al final, hay que reconocerlo, la inspiración siempre termina por volver.
Un besote.
Mar
Que lio te llevaste anoche conmigo.
Entiendo que pensabas que yo soy o estoy en Castelldefells ¿no?
y estabas preocupada por si me había pasado algo.
Muchas gracias por tu interes.
Eres una buena amiga, de las que enseguida piensan en los demás.
Justo lo contrario de la desagradecida de Manuela, jajaja.
Que pasa de tu hijo olimpicamente.
Pero no.Estoy a muuuuchos kilometros de Castelldefells, en Valencia, pero aquí tambien ha sido un mazazo la noticia del accidente ferroviario.
Solo de pensar en esos jovenes que iban a divertirse y no llegaron a la playa, se me ponen los pelos de punta.
Imagino la angustia que habrán pasado esta noche los padres de esos jovenes que sabían que iban a ir allí.
Bueno, Mar, un besazo muy fuerte y de nuevo gracias por tu interes.
Nada como los gatos, ni siquiera los perros, para entrar en un mundo especial. Las tortugas es lo que tienen...
AYYY Mar ni por un momento me he olvidado de vosotros, os hecho de menos constantmente pero tengo que centrarme en lo que tengo entre manos que no es poco, me resulta muy complicado compatibilizarlo todo, pero bueno por otra parte estoy disfrutando como una enana, aunque ahora tengo que hacer los examenes y estoy igual que un flanin pero no quiero agobierme, yo he trabajo mucho y espero que mi esfuerzo obtenga recompensa y si no es asi, es porque realmente no es nada fácil empezar después de tantos años sin estudiar.
los libros son mis tesoros, los adoro pero me cuesta memorizar.
me encantó tu relato, yo pensando en la abuelita y resulta que era una tortuga, quizás `por eso no me gustén esos animales son tan frios.
me gusta mucho más los perritos y mi preferido es un gato negro.
aunque no tengo mucha paciencia para cuidarlos, tengo un periquito que se llama Jairo y está a dieta pues a veces me olvido de echarle la comida, mi madre siempre me riñe.
bueno muchos besos y espero que algun dia vengas por Asturias y podamos conocernos y hablar, hablar sin parar.
Un relato, como reza en su etiqueta, cortito, y yo añado, y "resalao"
Como ya empiezo a conocer tu estilo de escritura, desde el principio pensé que no habría aclaración hasta el final. Iba leyendo y al tiempo cabilando quien podría ser la tal Manuela, cuando he averiguado al final que se trataba de una tortuga, jajaja...
me vino la risa tonta.
Felicidades, Mar y un beso.
jajajaja He pensado que se trataba de algo mucho mas trágico; una enferma con alzheimer o algo así hasta que la has metido en el estanque; ahí ya he visto que no era humana jajaja
De todas maneras me has sorprendido al final porque de una palmípeda; una pata o hasta una hembra de cisne, a una tortuga, hay diferencia.
Con risas de fondo, porque lo mejor es tomar las cosas con humor, el tema es triste. Hay mucha gente como Manuela, herméticos como una tortuga dentro de su concha.
Un abrazo
Excelente relato relato con la originalidad y el talento de siempre. Eres sorprendente!! Felicitaciones! Un abrazo grande.
HOLA, NAVEGANTES:
EL DRAC; TOCAYITA; FÉLIX; BELKIS; MÓNICA;MÁXIMO; SUSANA; TERE;JÓSE; ESTHER; TERLY; CATI Y ALMA...
Muchas gracias a todos por leer esta especie de ¿"chiste malo"? jejejeje
Bueno, la verdad es que hay veces que nos cuentan un chiste con final sorpresa y decimos: "¡Joooo, tí@ que malo...!" pero lo decimos con una sonrisa de oreja a oreja...
Con eso me conformo, con haberos despertado una pequeña sonrisilla ;)
Por cierto, MÁXIMO, es sólo una pobre e indefensa tortuguita ;), no una terrorista, jajaja...
SUSI:
Las épocas de "barbecho literario" son las más fructíferas... De ellas salen las mejores cosechas, ¡no lo dudes! ;)
TAG:
¡qué no es mi hijo, jajaja! es un hijo imaginario con una mamá inventada y una tortuga la leche de pasota... ;)
He sentido muchísimo la tragedia de Castelldefels, pero ¡no sabes lo que me alegro de que vivas en Castelldefoc, amiga! Besotes.
ARDI:
Como buena Ardillita saltarina y trepadora eres muy sagaz, ¡has dado con la avellana correcta!
BESOS, MUUUUCHOOOOOS PARA TODOS Y UN INMEJORABLE FINDE... APROVECHÁOS DE LAS TORMENTAS QUE VIENE EL CALOOOOOOR!!
querida amiga MAR,
tener amor y riqueza interior es lo mejor.
Paso para desearte un feliz verano.
Besos veraniegos
¡Me ha encantado todo, todo, todo......
cuánto mar en tu mar, y cuánto grumete, grumetillos y hasta polizontes....¡la caña! Esa que en plural nos vamos tomar juntas en los madriles.....¡que sí que voy!
Ya falta menos!!!!!!
Besossss
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¡POR FAVOR, NAVEGANTE DE "MAR ADENTRO",
NO TE VAYAS SIN DEJAR TU TINTA
EN ESTE HUMILDE TIMÓN,
AL ALBUR DEL BARLOVENTO!