MANEJA ESTE TIMÓN DE LETRAS...

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Este es el Diario de a Bordo de Mar Solana (Mar Cano Montil), psicóloga, escritora y cuentista... Aquí encontrarás mi «Cuaderno de Impresiones, Cuentos, Relatos, Poemas, Reflexiones y otras Historias», una especie de lenitivo para mitigar las heridas que nos inflige este mundo punzante y rasposo... Escribí mi primer cuento con once años, lo inventé en un pequeño aseo donde me gustaba jugar. Con quince decidí que quería aprender el arte de «Domar Caballos Salvajes» (léase Emociones que necesitan volver a coger sus riendas). Por eso llevo un cuarto de siglo, con sus amaneceres y sus lunas, ejerciendo la Psicología... Mis raíces son "abu-leñas" y nací en la capital, pero a mi alma le dio por asentarse a orillas del Guadarrama... Hace algo más de una década regresé a mi pequeño Taller de Letras. Y ahora soy «Psicolotora» especializada en Literalogía o «Escritóloga» en Psicoratura. Me chifla inventar palabras, tender historias de Letras en las cuerdas del olvido y airear mis impresiones al barlovento del papel... Curiosa insaciable del aspecto más espiritual de la existencia, soy como el Caracol, peregrina de un camino infinito de crecimiento y aprendizaje...

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LA MAGIA Y EL AMOR DE LAS LETRAS...


CON LA MAGIA DE LAS LETRAS Y EL AMOR DE SUS ENCUENTROS...

«La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios». ©Milán Kundera.


«En esta comarca no existen reyes, aficionados o vasallos de las letras; sólo la magia de los artesanos de la palabra que intentan comunicar». ©Mar Solana.


«La verdadera novela es el arte que nace de la risa de Dios».

©Milán Kundera.

miércoles, 25 de marzo de 2015

«MIS CONVERSACIONES CON CHELITO» Capítulo Uno: Escribir y Hacer Pasteles...

«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias.»

Me han enviado algunos correos pidiéndome más "Conversaciones con mi amiga Chelo". Bueno, pues aquí tenéis el Capítulo Uno que se publicó en la sección Ser Escritora de la revista malagueña Terral (D.E.P). Como son más o menos independientes (el arco es la amistad y sus encuentros para tomar el aperitivo, té o café...), no hay problema con seguir un orden riguroso; aunque os prometo que a partir del próximo, el Capítulo Tres, ya irán seguidos todos los demás... Ale (dijo chasqueando la lengua)... ¡a disfrutar!






La otra tarde, mientras tomábamos un té, me decía mi amiga Chelito que ahora se ha puesto de moda y le ha dado por escribir a todo el mundo. Que es muy chic, igual que cocinar con nitrógeno líquido, hacer Pilates o alojarse en un hotelito con spa.

¡Claro! exclamaba mientras sorbía un poco de su té, con el meñique enhiestoEs que ahora todo el mundo tiene «bló», o «feisi-buk» o «güef!»

A medida que iba nombrando todos aquellos ciber-términos, algunas miguitas de su pasta de chocolate salieron propulsadas en tropel. Y es que mi amiga Chelito tenía la fea costumbre de hablar a boca llena.

Yo le argüí que una cosa no era consecuencia de la otra, y viceversa. Es decir, no todo el que escribe tiene necesariamente un espacio web o los que tienen «bló» no escriben per sé. Algunos garabatean los papeles hace mucho tiempo y el blog solo les ha brindado la oportunidad de compartirlo con otras personas. Pero también es cierto, Chelito, que muchos prójimos le dan a la tecla como consecuencia de abrir un «bló» —llevas razón—. Desde entonces no han parado y ahí siguen, a pie de cañón o mejor dicho, a pie de «bló».

También le dije que escribir era como cocinar; la mayoría lo practica, pero no todos le dan el punto justo y perfecto que se merece cada plato. Muy pocos consiguen mezclar los ingredientes de tal manera que al probar el resultado final quieras volver a repetir una y otra vez; o te chupes los dedos embadurnados de chocolate, igual que cuando éramos pequeños y creíamos que no existía felicidad mayor al engullirlo.

Traté de explicarle que escribir se parecía más a la repostería o a la elaboración de un pastel, quizás lo más complicado que existe en el vasto universo culinario; porque freír un huevo, muy hecho o con la clara titilante, todo el mundo sabe, ¿o no, Chelito?

Sin embargo, hacer una buena tarta es algo más que verter aceite en la cazuela y dejar que el alimento quede a nuestro gusto, vuelta y vuelta. Mucha gente ha hecho pasteles, bizcochos, galletitas, tartas, brazos gitanos y mousses, pero, Chelito… ¿quién sabe preparar ese delicado pastel qué te llevará al cielo? No nos engañemos, muy pocos mortales saben hacerlo.

Porque ser un «repostero-a literario-a» aceptable, mínimamente aceptable, no es baladí, no, Chelito. Debemos mezclar nuestros ingredientes de  manera que consigamos que los otros se chupen los dedos del alma y se les endulcen las heridas del corazón. Siempre los precisos, ni un gramo más, ni un gramo menos. En el caldero donde preparamos nuestras deliciosas historias, combinaremos los elementos más exactos para dar el punto perfecto al pastel de letras.

Cien gramos de «puedo» y una pizca de «ilusión», espolvorear poco a poco el abecedario y remover; pero no de cualquier manera, no. Ahí está el quid del asunto, le dije a mi amiga. Intentaremos religar todo con la suficiente pericia como para meter la mezcla en el horno en el momento adecuado. Eso es lo que caracteriza la bondad de los pastelitos de un buen cocinero de palabras, ¡pura alquimia de letras, Chelito, pura alquimia!

Sí, sí. Todo eso que dices parece poesía y suena muy bien. Pero chica, no dejarás de reconocerme que ahora escribir es más fácil si se tiene un bló o una güef o un… feisi-bukme dijo, erre que erre, y corriendo un tupido velo sobre mis fogones literarios que despedían chispas de pasión.

¡Ay, Chelito, a ver si te enteras ya de una vez, hija! Existen reposteros de letras hace mucho tiempo, plumas con raigambre, con talento para dar y tomar; que escriben desde que iban con patucos, aprendieron a colorear a Bambi o descubrieron que la Cenicienta podía vivir en otros cuentos. Gourmets que llevan ensamblado en su alma el arte de cocinar letras.

Chelito me dedicó una mirada suspicaz y arrugó la testuz. Mientras daba cuenta de la última galleta de chocolate, esa a la que mi mano siempre llegaba tarde, insistía en lo imprescindible que era estar ciber-comunicado desde archivos virtuales, empachosas fotos multi-pose o vistosos colorines.


© Mar Solana

Imagen para "Conversaciones con Chelito" con copyright: Derechos AQUÍ


viernes, 6 de marzo de 2015

"MIS CONVERSACIONES CON CHELITO". Capítulo Dos: "¡Atención..., Cuidado con el Arte y el Amor, Dos Peligrosos Proscritos en Busca y Captura!"

«Mi cuaderno de impresiones, cuentos, relatos, poemas, reflexiones y otras historias».





No hay manera —le decía la otra tarde a mi amiga Chelito, la del «bló», mientras tomábamos el aperitivo—. Intento zafarme de la crueldad que rodea este planeta, igual que una olla hirviendo a punto de reventar, pero no lo consigo. Las noticias están ahí, con sus garras de brea y su tufo de azufre, esperándonos a la vuelta de la esquina. ¿Que intentas no ver los telediarios? No te preocupes, en internet estarás informado puntualmente de cualquier atrocidad, a la carta, desde los sucesos más recientes, casi en el mismo minuto en el que se perpetran, hasta los más añejos. Hay que dejar constancia de todo. Así luego, cuando llegues a la mesa, solo tienes que sentarte, enfundarte el babero-servilleta y elegir…

—¡Ay, hija, lo dices de una forma que…! Bueno… hum… pues intenta no ver los informativos, criatura —me espetó Chelito mientras intentaba pinchar la última oliva que se mostraba escurridiza entre restos de pimiento morrón y aceite de oliva. Pegué un buen sorbo a mi cerveza. Su regusto amargo me trajo a la memoria aquello que publiqué hace más o menos un mes en mi perfil personal de Google +. Y se lo conté a Chelito…

¿Te acuerdas de esas breves líneas que publiqué en Google en las que contaba a mis amigos y seguidores que me había propuesto muy en serio cerrar la «ventanita diabólica», apretar el botoncito mágico, unos minutos antes de que se colaran los despropósitos del telediario nocturno, y me pillaran desprevenida, así, sin anestesia, con el alma abierta de par en par y las intenciones en cueros?

—Ay, sí, sí. Y esa música que pusiste del «yútuf», de un planeta maravilloso, de Van… Para contrarrestar lo que decías del telediario de la noche, que siempre lo abren con alguna ejecución o noticias de niñeras pervertidas… ¿Cómo se llamaba… éste…? —intentaba recordar mi amiga mientras chasqueaba el pulgar y el índice a un ritmo frenético, como si el sonido le ayudara con las lagunas de la memoria, que en la menopausia se convertían en verdaderos islotes desde los que nos costaba mucho más arribar a la orilla.

Vangelis, Chelito, se llama Vangelis; el compositor de esa música mágica y extraordinaria que me recuerda de nuevo que estamos en el siglo veintiuno, por el que todavía transitan demasiados cafres, almas aberrantes y decrépitas que no saben (prefieren ignorarlo, así pueden seguir perpetrando sus inmundicias...) que este planeta es bellísimo, en parte gracias a las singladuras del arte humano y al amor que los artistas depositan en sus obras.

—¿«Sin…» qué? ¡Ay, chica, vaya piquito que tienes!

Singladura, recorrido, avance… Me gusta esa palabra porque es muy marinera, Chelito.

—Bueno, y qué… ¿conseguiste aquello que decías de apagar la tele antes de que empiecen las noticias?

Más o menos, sí, lo había conseguido… Apuré mi caña de cerveza. Chelito y yo nos miramos, con ese brillo líquido que se posa en la mirada entre dos mujeres que no precisan de más palabras antes de hacer algo dentro de otro algo. Sin interrumpir nuestra conversación, Chelito pidió otra ronda con tostas (de anchoas) incluidas. ¡Ay, Chelito, que todo lo que nos gusta se queda a vivir en el trasero! Y continué contándole a mi amiga…

Casi todas las tardes, cuando el tiempo y las ganas me lo permiten, preparo algún tema de mi trabajo o escribo mientras veo el concurso de los boomberos y las bombas, el que presenta Juanra Bonet. Así, distraída con las chorradas del Juanra y como quién no quiere la cosa. Y llegan las nueve o’clock y una servidora sigue a lo suyo. Ya me conoces, Chelito, si estoy escribiendo se me va el santo al cielo y… ¡me olvido de cerrar la ventana diabólica! Y anoche se colaron más monstruos sin ser invitados. El telediario abrió su horror cotidiano con las imágenes de un hombre defenestrado por no amar como marcan los estrechos cánones de un grupo de… Lo estrellan por ser «distinto» y según justifican, en el nombre del que idolatran… ¿te das cuenta?

Y Chelito, que se disponía a dar un buen bocado a su tosta recién hecha, se quedó mirándome, sujetando la rebanada mientras unas gotas de aceite se escurrían por la palma de su mano…

—¡Por el amor de Dios, qué crueldad, que… brutalidad más enorme!

Sí, Chelo, por el amor de Dios, por el amor entre las personas, sin importar sexo, raza, edad o condición, por el arte… No podemos destruir aquello que más humanidad nos confiere, los antídotos más poderosos de la ruindad, la locura y de la maldad pura y dura. Si el corsé no se ajusta al talle, ¡ala!, a baquetazo limpio, fuera, caput. Da igual que sean obras de arte o el autor de las mismas.

Me quedé conmocionada y confieso que me costó mucho ponerme a preparar la cena… ¿Cómo es posible que nadie haga nada para detener esta barbarie?, ¿y por qué la ONU, con su Derecho Internacional y su máxima representación en asuntos humanitarios, no interviene?, ¿y los americanos, qué pasa con los súper héroes que se dedican a poner fin a los avernos terrestres?

¿Qué nos está sucediendo? Y no es una película, algo que se haya inventado alguien para estremecernos o entretenernos —según se mire—. ¡Es la realidad que nos va sitiando, estrangulando, como animales indefensos! No quiero acostumbrarme a esto, Chelito, no quiero ser inmune a estas atrocidades como si no fueran conmigo o ya formaran parte de la confortable cotidianidad de mi sala de estar. No, no quiero…

Terminé mi cerveza y Chelito, en silencio, haciendo honor a una especie de luto invisible, sutil, acabó con su tosta… y con la mía.

© Mar Solana

Imagen para "Conversaciones con Chelito" con copyright: Derechos AQUÍ

AD AETERNUM...

PENSAR... MAR ADENTRO.

PENSAR... MAR ADENTRO.
«La mente intuitiva es un don sagrado del que la mente racional es su fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra el sirviente y ha olvidado su don» © Albert Einstein. Imagen: Faro de Suances (Cantabria) © Mar Solana.

CUADERNO DE BITÁCORA: "DIARIO DE NAVEGACIÓN" ...


Hace medio siglo ya me gustaba llevar lectura al campo ☺️

Soy la niña que asoma por la esquinita de la ventana, la primera por la izquierda... 😃 GRACIAS, MÓNICA...

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021

NAVIDAD BLOGUERA 2020-2021
¡Gracias, Mónica! Por tu trabajo y generosidad cada año :)

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020

NAVIDAD BLOGUERA 2019-2020
¡Gracias, Mónica! Eres una artista :)

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada

Navidad Bloguera 2018-19-Tarjeta Personalizada
¡Gracias Mónica! 🤗

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...

ME GUSTARÍA SER DUEÑA DE UN INGENTE TESORO...
... EL TIEMPO DESGRANADO Y SIN PRESTEZAS PARA ESCRIBIR, ESCRIBIR, SÓLO ESCRIBIR...

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».

«Escribir es un autobús que te conduce a la calle Catarsis, con muchas paradas, pero directo».
¿Y leer? Me apasiona devorar libros. Es como visitar el hogar espiritual de mis escritores favoritos y paladear un delicioso vino de su mejor cosecha de Letras... Un buen libro es como una liana, te ayuda a desplazarte por la inmensa selva de tu imaginación... Leer también me facilita la tupida tarea de ir desbrozando esa maleza que se enreda entre la escasez de ideas y la falta de inspiración... ¡Nunca dejes de leer!

SABIA MAFALDA...

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

¿Te apetece entrar en mi Cuaderno de Bitácora?

GIRASOL...

GIRASOL...
Mandala pintado por © Mar Solana.
MANDALA DEL SOL...

«Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho.»

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!

JOSÉ SARAMAGO: 16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010... ¡HASTA SIEMPRE MAGO DE LAS LETRAS!
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran." Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...

EL BESO QUE TE ADIVINA ...
... es la luz que te conduce a sacar de tí lo mejor, a crecer en la mirada de quien verdaderamente te ama. El verdadero amor te quiere libre y como ser expansivo. Nunca admite murallas para el alma que respira... Es descubrir tu segunda piel, la que te eleva a la capacidad de ser decididamente afectivo, humedeciendo con licor de alegría los desiertos emocionales ... CARLOS VILLARRUBIA.

VIVIMOS SIEMPRE JUNTOS...

Llenamos el caldero
de risas y salero,
con trajes de caricias

rellenamos el ropero.

Hicimos el aliño

de sueños y de niños,
pintamos en el cielo
la bandera del cariño.

Las cosas se complican,
si el afecto se limita
a los momentos de pasión...

Subimos la montaña

de riñas y batallas,
vencimos al orgullo
sopesando las palabras.

Pasamos por los puentes

de celos y de historias,
prohibimos a la mente
confundirse con memorias.

Nadamos por las olas
de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.

Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento
que las almas
se confundan en un mismo corazón...
(Letra y música: Nacho Cano)

ESTA SEMANA, TE RECOMIENDO... COGE UNA DE MIS CARACOLAS Y PPPSSSHHH... ESCUCHA...

Blade Runner ¡Forever!