Hoy, 10 de julio, hace cuatro años que llegó al mundo perruno nuestro precioso Mike, el grumetillo predilecto de "Mar adentro" ;)) No es que haya crecido mucho, jeje, pero es increible lo que ha cambiado desde aquel entrañable día que llegó a nuestras vidas... Si te apetece, puedes leerlo PINCHANDO AQUÍ.
En esta ocasión, he escrito un microrrelato para él; además de la tortuguita de peluche que le daremos como sorpresa, ¡le encantan los muñecos y jugar con ellos! ;)
¡¡¡FELICIDADES CHIQUITÍN, QUE DIOS TE BENDIGA Y QUE CUMPLAS MUCHOS, MUCHÍSIMOOS MÁS!!!
Y a vosotros, Navegantes, os deseo las mejores vacaciones de vuestra vida.
HASTA PRONTO. OS QUIERO.
REGRESARÁ…
A Mike, mi ángel y a Mayte, mi hermana...
Sabe que existió porque aún la recuerda…
Ya estaba a su lado en sus primeros recuerdos, mostrándole su aliento de chocolate y sus abrazos de Ilusión. Estaba en sus sueños, dormía plácida a su lado con su inagotable sonrisa de mundos maravillosos por conquistar. A veces, cuando las pesadillas se apoderaban de su escenario nocturno, ella se escondía debajo de la cama; por poco tiempo… Al despertar, volvía. Estaba en el olor del cacao y las galletas del desayuno, en los tibios besos de su madre al dejarla en el colegio; en el olor de los lápices a estrenar y en las impolutas hojas de los cuadernos por escribir. En la fragancia que impregnaba todas las cosas nuevas, las gomas de nata y los plumeros. En los globos de colores, los sándwiches de nocilla y la mirinda de naranja de su cumpleaños. En la caja que contenía su flamante muñeca de sonrosados mofletes y en los cuentos de luminosos colores y fantásticas historias que dejaban los Reyes Magos. Le acompañaba y se cogía de su mano cuando sus padres la llevaban a bañare en el río; se asía con fuerza de su flotador y hacía pompas de jabón para ella… Estaba en los besos de su hermana y en sus canciones nocturnas para espantar el miedo de las sombras sin nombre… Estaba en cada capítulo de Pipi Calzaslargas y el señor Nilson; se quedaba con ella y le apretaba muy fuerte la mano mientras se llenaba los carrillos de palomitas… La acompañó en su primer beso y se quedó en los ojos verdes del más grande Amor.
Aún la recuerda… Un día se marchó, sin más. No sabe muy bien cuando y como sucedió; se fue sin decir adiós y no prometió la esperanza de su regreso. Ella aún la busca… sabe que un día volverá con vestidos nuevos y sueños diferentes. Tendrá los colores del atardecer, olerá a espliego y azahar; a pan recién hecho…
Será como ese niño que un día se desabrochó el miedo y asido a un montón de globos de colores, vuela sobre el incólume castillo hecho de ladrillos de alegría con la argamasa del entusiasmo.

Villalba, 6 de julio de 2010.